"La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene", escribió alguna vez Jorge Luis Borges.
Un legado inconmensurable es la mejor manera de recordar y homenajear a las figuras que nos dejaron este año.
Sus creaciones, sus descubrimientos científicos, sus diseños, sus palabras, sus recetas, sus maneras de vivir.
La mente brillante de Stephen Hawking no solamente descubrió información clave para que comprendamos el universo y los agujeros negros. El físico teórico y cosmólogo vivió con Esclerosis Lateral Amiotrófica durante más de cinco décadas, y su imagen en silla de ruedas, con la cabeza torcida y comunicándose a través de una máquina- que supo ser parte de series como Los Simpsons y The Big Bang Theory- se transformó en un símbolo de superación.
En el hemisferio norte, el universo de las plumas perdió este año a Tom Wolfe, uno de los creadores del Nuevo Periodismo. También a Philip Roth, Neil Simon y al artífice del Hombre araña, Iron Man y el Increíble Hulk, Stan Lee, que marcó a varias generaciones de niños y no tan niños. De latitudes más cercanas, quedarán en el recuerdo Liliana Bodoc, Hugo Padeletti, V.S Naipaul, Hebe Uhart, Fernando del Paso.
La Reina del Soul, Aretha Franklin, además del privilegio de su voz, manifestó un enorme compromiso con los derechos civiles que le valió la adoración del público mundial. "Respect", "Natural Woman" o "I Say a Little prayer" son algunos de sus éxitos más rotundos. Su muerte que, casi como un guiño del destino, fue el mismo día que la de Elvis Presley hace 41 años, conmocionó al mundo entero.
El cineasta italiano Bernardo Bertolucci sorprendió allá por 1988 con los nueve premios Oscar que ganó por su película El último emperador. Otra de sus películas más reconocidas, El último tango en París, con Marlon Brando y María Schneider, generó gran polémica por una de sus escenas.
Elegancia es sinónimo de Hubert de Givenchy, de aquí a la eternidad. Y quién no recordará el vestido negro que diseñó para la actriz Audrey Hepburn en la película Desayuno, que definió el estilo "Little black dress".
Anthony Bourdain se adueñó de un estilo único de cocina en los escenarios más particulares que uno pueda imaginar. Hermenegildo "Menchi" Sábat demostró con su hábil sutileza que hay dibujos que impactan más que cualquier frase.
Destacados en ámbitos diversos, todos ellos tienen un común denominador: su gran aporte a la vida. "Sus ojos se cerraron. Y el mundo sigue andando", cantaba Carlos Gardel. Sigue andando, pero ya no será igual.
