La lucha contra los incendios forestales
La Coordinación de Lucha contra los Incendios Forestales (CLIF), que funciona en Bariloche, trabaja duramente para fijar el mensaje de uso responsable del fuego
"La mayoría de los incendios tiene como responsable al hombre". La frase, tan contundente como preocupante salió de la boca de Victoriano Curruhual, responsable de la Coordinación de Lucha contra los Incendios Forestales (CLIF).
La CLIF -creada en junio de 1996- funciona en San Carlos de Bariloche y trabaja en la prevención de los incendios apoyando los sistemas que cada Parque Nacional tiene contra ese flagelo.
La Coordinación, que depende de la Administración de Parques Nacionales, se focaliza en la capacitación del personal, la realización de campañas de prevención y la compra de equipos.
Las causas humanas de los incendios pueden ser por fogones mal apagados o quema de residuos (accidentales) o fuego provocado para causar un daño (negligencia).
Culturalmente, el fuego fue utilizado a lo largo de la historia como herramienta para obtener tierras aptas para el ingreso de la ganadería, principal fuente económica de los primeros pobladores de la Patagonia.
En la última década, en la zona suburbana del municipio de San Carlos de Bariloche se registró un aumento importante de incendios intencionales. Esto generó que el fuego pasara a ser un elemento de alto riesgo social y ecológico. Este fenómeno está relacionado con el crecimiento urbano, obedeciendo a diferentes razones, como la marginalidad social, la agresión sin justificación y la diversión.
Así, en los últimos años, se produjo un incremento significativo de las alarmas y consecuentes salidas por incendios en las distintas jurisdicciones en horarios poco comunes.
En enero de 1996, se produjo un incendio en el cerro Challhuaco, donde resultaron afectadas unas 1200 hectáreas de bosque de lenga, matorrales, pastizales y forestaciones de coníferas.
De diciembre de 1995 a enero de 1996, otras 8000 hectáreas sufrieron el paso del fuego en Rincón Grande.
CLIF tiene un sistema de brigadistas temporario, desde diciembre hasta marzo. Son ellos los que afrontan desde un incendio hasta un rescate de personas con alguna dificultad dentro de los Parques Nacionales.
"Muchas veces los brigadistas tienen que socorrer a algún turista que se quedó en el medio de un lugar peligroso y se le hizo de noche y no supo cómo regresar", comenta Curruhual.
Ponerle el cuerpo al fuego. La capacitación de los brigadistas se desarrolla durante el verano, en los distintos Parques.
A los incendios acude personal con mucha experiencia, que a su vez capacita in situ a los brigadistas.
Bariloche tiene una gran infraestructura con respecto a la lucha contra incendios por la gran cantidad y de gran envergadura que se produjeron en esta ciudad, como el de 1996, en el Cerro Catedral.
Cuando la dimensión de un incendio supera la capacidad operativa de un Parque, existe un escalón intermedio, que es la CLIF, que puede disponer la movilización de las brigadas de otroa Parques Nacionales.
En el mismo lugar donde funciona la Coordinación, se desarrollan los cursos para futuros brigadistas, que durante todo el día reciben clases teóricas y prácticas.
La contención psicológica, un tema aún pendiente. Es muy importante que las personas que tienen la tarea de combatir el fuego puedan contar con ayuda psicológica.
"Hace un tiempo se hizo un primer acercamiento a través de un estudio y fue recibido por los brigadistas con cierta resistencia", cuenta Analía Sánchez, que trabaja en CLIF y además es una de las responsables de la campaña del manejo responsable del fuego.
"La figura del combatiente de incendios es la de un superhéroe y es muy difícil que quienes se enfrentan a esta dura tarea acepten sus debilidades", explicó Analía, quien se mostró a su vez optimista de que en un futuro pueda desarrollarse un programa de contención psicológica.
Una campaña con fuerza que apela a la conciencia. FUEGO... Si lo necesitás usalo con cuidado. Con una imagen de alto impacto, la campaña de Manejo del Fuego apela al uso responsable. Su logo innova, transgrede un concepto que durante años se manejó de una manera distinta.
Antes se prohibía hacer fuego. Lo que se está tratando ahora no es de prohibir el fuego sino de concientizar desde la utilización necesaria de este elemento.
La estrategia es despegar la imagen negativa del fuego, que es un elemento que acompaña a la Humanidad desde siempre. Lo sigue siendo ahora, por lo que era necesario redefinir la relación hacia una actitud de responsabilidad.
Pero no sólo desde lo visual esta campaña ayuda a modificar la concepción sobre el uso del fuego. En las Fiestas de 2005, incluyó la entrega de una cajita de fósforos. Y para fomentar esta idea, se repartió en colegios de sordomudos y no videntes material para que los chicos comiencen a tener contacto y entiendan la importancia del mensaje. La idea es llevar ese mensaje a toda la comunidad.