El arzobispo de Salta tomó alcohol, manejó sin licencia y lo paró un control

El arzobispo de Salta, Mario Cargnello, volvió a quedar envuelto en una polémica en las últimas horas luego de que durante un control de tránsito reconociera que no llevaba consigo la licencia de conducir y que, además, había consumido bebidas alcohólicas durante una cena con amigos. El problema se agravó porque el inspector permitió que el religioso continuara conduciendo pese a que había cometido dos infracciones, en una provincia donde rige la ley de tolerancia cero de alcohol en sangre.

En un control vial nocturno, realizado a última hora de este martes, el religioso fue detenido por personal de Tránsito de la municipalidad. Cuando era el momento de chequear los respectivos papeles para circular Cargnello admitió que no tenía la licencia. “No la traje”, reconoció el máximo referente de la Iglesia Católica en Salta.

Tras ello el arzobispo contó al inspector que venía de una cena con amigos y que había ingerido bebidas alcohólicas. El agente le repreguntó si había tomado y fue entonces que Cargnello dijo: “Sí. No lo puedo negar, qué quiere que le diga”. Contrariamente a lo que debería haber hecho, el agente le permitió continuar el camino, aunque le sumó una sugerencia: “Está bien, vaya nomás, monseñor. Evitemos eso”. Luego el infractor respondió: “Le agradezco. Enseguida tengo que ir a la misa, a las 8″.

Las imágenes del momento se viralizaron rápidamente por las redes sociales y generaron repudio. Desde la municipalidad de Salta aseguraron al medio local Nuevo Diario que en el momento del incidente se labraron actas por falta de documentación e indicaron que “se tomarán también medidas respecto de un posible caso de alcoholemia contra el monseñor y se remitirá todo al Tribunal de Faltas”. La comuna agregó que se iniciará un sumario al agente de tránsito por no actuar como correspondía.

La figura del arzobispo está en boca de todos desde hace tiempo luego de que las religiosas del Convento San Bernardo, que pertenecen a la orden de las Carmelitas Descalzas, denunciaran a él y a otros tres sacerdotes por hechos de violencia de género. A principios de abril, la jueza Carolina Cáceres Moreno consideró probados estos hechos y ordenó que Cargnello no se acerque a las denunciantes. A su vez, dispuso que se someta a un tratamiento psicológico y se capacite en cuestiones de género, medida que fue apelada por el acusado.

Ante el pedido de los abogados del Arzobispado de que el proceso se cerrara porque llevaba dos años sin novedades, la magistrada respondió con una resolución de 87 páginas en las que mantiene las restricciones de acercamiento al monasterio para Cargnello, el sacerdote Lucio Ajaya, el obispo emérito Martín de Elizalde y el vicario judicial Loyola Pinto y de Sancristóval.

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