FANGo distorsiona los datos personales que recopilan grandes empresas como Amazon, Facebook o Google
FANGo es un proyecto de código abierto que ofrece una solución al problema de la vigilancia y la recopilación de datos personales en Internet a través de la introducción de ruido para que pierdan valor.
FANGo ha sido diseñado para engañar a las grandes compañías tecnológicas en el momento en que recopilan información de los dispositivos de los usuarios, una práctica habitual en empresas como Facebook, Amazon, Netflix y Google.
Estas cuatro compañías son, precisamente, las que dan el nombre al dispositivo, FANGo, mientras que la última letra se refiere a su actividad: ofuscación. Aunque aparenta ser un cargador de batería, en realidad contiene un microcontrolador que distorsiona los datos que solicitan los respectivos algoritmos.
Estos datos son los que recopilan las empresas sobre los usuarios, del uso del dispositivo o de la navegación en Internet, para ofrecer una experiencia más personalizada de su producto y también para que los anunciantes puedan desplegar publicidad dirigida a partir del perfil que se crea del usuario.
Esta práctica se enmarca en el "capitalismo de vigilancia", un concepto popularizado por la socióloga Shoshana Zuboff para referirse a la recopilación y transformación de información personal en una mercancía, y que recoge el creador de FANGo, el programador Martin Nadal.
Y esto afecta "a la independencia del ser humano, pues con la lógica de maximizar los beneficios las empresas intentarán modificar el comportamiento del usuario sin que el usuario pueda hacer mucho para defenderse", alega Nadal. Para evitar esta fuga de datos, el dispositivo introduce ruido en el proceso de solicitud de los datos con el objetivo de dificultar su uso y devaluarlos.
En la página del producto, su creador defiende que "la solución a los problemas del capitalismo no va a venir del propio capitalismo", y por ello FANGo es un proyecto de código abierto, para que cualquiera pueda acceder al código y a los modelos 3D para recrearlos.
El dispositivo en realidad se dio a conocer en 2019, pero esta semana se exhibe en el festival artístico Werkleitz, de Alemania.
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