Hoteles que dicen no a la tábula rasa
La tendencia es reciclar edificios
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Las grandes ciudades se convierten en atractivas para el turismo por la riqueza de su cultura y su patrimonio arquitectónico. De los 200 hoteles que hay actualmente en construcción en el país, con inversiones de más de 1400 millones de pesos, la ciudad de Buenos Aires es una de las que se afirma en la tendencia a preservar los edificios con valor patrimonial.
"La revalorización del patrimonio es un impulso generalizado, pero no consensuado", explica el arquitecto Mario Luis Pagano, de la firma Emeco Restauración, encargada de convertir un antiguo hotel construido en 1886 en tres estrellas para una cadena internacional, en Carlos Pellegrini y Sarmiento. Y agrega: "Era más fácil tirar abajo la estructura y hacer una nueva, pero el turista extranjero busca la identidad de los lugares que visita". Para fin de año se prevé la terminación de las 74 habitaciones con gran confort, cuidado diseño y tecnología moderna.
Otro de las recientes aperturas fue el viejo hotel Continental (ahora 725 Buenos Aires Hotel), de estilo neoclásico, diseñado en 1928 por Alejandro Bustillo, en el que se rehabilitó la fachada y se restauró su interior. El arquitecto Augusto Penedo, del estudio Urgell-Penedo-Urgell, explica: "Los hoteles que existían en lugares reconocidos hay que adecuarlos a los requerimientos actuales", pero estima que es viable recuperarlos porque actualmente prevalece "el criterio de hotel urbano europeo, con habitaciones de dimensiones más pequeñas que en Estados Unidos". Este estudio también fue responsable de la recuperación de los hoteles Jousten (Av. Corrientes y Reconquista) y City Hotel (Bolívar 160).
El Phoenix (ahora Esplendor) también es otro hotel que renació del abandono, en la esquina de San Martín y Córdoba, y debido a su condición patrimonial "se mantuvo la fachada de piedra París y las aberturas de cedro, a las que se agregó doble vidriado hermético (DVH), y el interior tiene características de hotel boutique", destaca la arquitecta Cecilia Timossi, del estudio Plan Arquitectura.
Hay que recordar la recuperación de la torre Bencich (1929) como Sofitel (2002), y del Llao Llao (1993), en Bariloche; y la transformación de un silo de Puerto Madero (1902) en el Faena Hotel + Universe (2004). Una tendencia contra la tábula rasa.



