Material clásico, en los Altos Porteños
En uno de los escasos predios de gran tamaño que aún permanecían libres en la ciudad, se erige hoy el conjunto Altos Porteños , un desarrollo que tuvo como premisa utilizar la mayor parte del suelo para usos recreativos: un camino aeróbico, parrillas, piletas, áreas de juego y deportes y grandes zonas parquizadas. Con 11.000 metros cuadrados, la manzana está limitada por General Urquiza, Carlos Calvo, Humberto I y La Rioja, con acceso directo alCentro por la avenida San Juan y, a una cuadra, la estación Urquiza del subte E.
Para tener las mejores visuales en tres torres que armonicen como objetos independientes entre sí, el estudio M/SG/S/S/S Arquitectos las proyectó separadas al máximo para no producir superposiciones entre los volúmenes. Fueron diseñadas desde el interior de las plantas, que debieron ser eficaces y compactas para responder a la premisa de los diseñadores, en busca de generar una volumetría no tipificada, que a la vez condujese a una propuesta urbanística cambiante.
En el interior de las torres, los proyectistas lograron reducir al máximo las áreas comunes, que ocupan solamente el 19 por ciento de la superficie. Los clásicos pasillos lineales de distribución fueron fraccionados en dos palieres compactos. A partir de ellos, las distintas unidades de vivienda son irradiadas hacia afuera y de este modo se conforma el perímetro de la planta.
El emprendimiento desarrollado por Areic SA proponía un programa mixto, con el 27 por ciento de unidades de dos ambientes hasta 49 m2; 60 por ciento de tres ambientes hasta 65 m2, y 13 de cuatro ambientes hasta 83 m2. El estudio decidió diseñar el acceso a cada unidad desde un hall de distribución, que permitiera independizar el movimiento de las áreas de la vivienda sin que fuese preciso cruzar el estar. Este espacio y la cocina-comedor están articulados por el balcón, cuyo uso es potenciado por el doble acceso. Con dormitorios principales en suite, los departamentos fueron proyectados con el espacio de la cocina como centro de la organización familiar.
Las tres torres del conjunto son iguales y poseen 28 pisos, con 190 unidades cada una, y un planteo urbano enfatizado por el giro de los volúmenes entre sí y la alternancia de superficies curvas de ladrillo a la vista y rectas de revoque Iggam.
Rematada por un alero de hormigón que acompaña el perímetro semicircular, la torre ya habilitada se destaca en el barrio por su iluminación nocturna. En la planta baja, los amplios halls de acceso con dos núcleos de ascensores comparten su superficie con el salón de usos múltiples y el gimnasio, que a la vez se expanden a zonas semicubiertas.
Para el emprendimiento, el estudio de los arquitectos Manteola, Sánchez Gómez, Santos, Solsona, Sallaberry cuenta con el arquitecto Damián Vinson como director de proyecto y los arquitectos Mariana Wetzel, Juan Manuel Maseda, Fernando Brill y Silvina Sallaberry como colaboradores. La construcción está a cargo de Ingeniería Polack, con el ingeniero Guillermo Polack como director de obra. El proyecto y el cálculo de estructuras fueron responsabilidad del estudio de los ingenieros Sciammarella, Canela & Asociados.
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