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En la basílica de la Merced, se están restaurando 25 obras del atelier francés Berges etfils, con el apoyo de World Monuments Fund y la Fundación American Express
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Lamentablemente, no existe un registro de los vitrales que hay en la Argentina; sin embargo, los expertos aseguran que el reservorio patrimonial existente en Buenos Aires y las principales ciudades del país es absolutamente diverso y riquísimo, y "está directamente relacionada con el trazado de la ciudad y su gran influencia europea, ya que en momentos en que existieron los recursos económicos, muchas casas de importantes vitralistas europeos tenían sucursales de venta en Buenos Aires. Este no es un dato menor, ya que esas casas de venta captaban clientes que, por pedido, traían de afuera obras de una calidad y costo imposible de evaluar por estos días", señala el restaurador Fivaller Pablo Suvirats, desde fines de junio último a cargo de la restauración de los vitrales de la basílica de Nuestra Señora de la Merced (Reconquista y Pte. Perón), dentro del Plan General de Conservación supervisado por los arquitectos Marcelo L. Magadán y Eduardo Ellis, con fondos del Programa World Monuments Watch (creado por el World Monuments Fund y auspiciado por la Fundación American Express).
La basílica de la Merced es una de las más antiguas de la ciudad, construida en 1779 por el arquitecto Andrés Bianchi y redecorada con influencias del neorrenacimiento por el arquitecto Juan Buschiazzo, en 1894, y que fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1942. "Los vitrales son de origen francés, realizados en el año 1887, en Toulouse, por el atelier de vitrales Berges et fils (Berges e hijos), y tienen la particularidad de presentar una policromía muy interesante y muy viva, de una vitalidad y calidad que no se encuentran en otras obras", sintetiza Suvirats. Se trata de un total de 25 obras en las que se desarrollan escenas religiosas tradicionales, en un marco figurativo-naturalista (propio del neoclasicismo que dominaba la época), en estado de conservación crítico debido no sólo a su antigüedad, sino a la falta de mantenimiento a lo largo de su existencia.
"El vitral es el que capta la luz que viene de afuera, y el que difunde a través de sus motivos artísticos, una entrada de luz muy calificada, y nosotros tratamos de volverle a darle ese lustre, esa claridad, y esa nitidez a la sutileza francesa, y creo que estamos lográndolo", analiza Suvirats.
En la primera etapa se trabajará sobre los 12 vitrales de la cúpula, el presbiterio, y el crucero. Un estudio preliminar permitió diagnosticar su estado crítico; luego se llevó a cabo el desmonte desde el exterior, un trabajo casi arqueológico, ya que se encontraban empotrados directamente en el muro; las piezas se encintaron con material de cohesión, se embalaron y dispusieron en tableros fenólicos para ser codificados y transportados al taller montado en la misma basílica.
Además del plomo vencido y resquebrajado –por lo que se partieron algunos vidrios–, se encontraron con algunos defectos en la decoración, como es la perdida de grisalla: "por problemas de suciedad, en lugares donde esa grisalla está inestable, sacar la combustión de vela de muchos años y la combustión exterior muy ácida, es una tarea que demanda mucho cuidado, utilizando técnicas que son hasta encriptadas y secretas. En algunos casos, para distinguir al tacto donde termina la suciedad, y donde empieza la grisalla, usamos directamente la yema de los dedos; con ese nivel de cuidado hicimos la limpieza", detalla. Finalmente, las obras se montarán en carpinterías para ser devueltas completamente restauradas a los muros de la Basílica, en mayo de 2009.
Fotos: Andrea Knight y gentileza Pablo Suvirats
FICHA TECNICA
- La Fundación American Express donó 100.000 dólares para la restauración de los vitrales de la cúpula, el crucero y el presbiterio de la basílica.
- Los trabajos comenzaron a fines de junio último y concluirían en mayo de 2009. En total son 130 m de vitrales, con vidrios artesanales de 1,5 mm de espesor y 1500 trazas de plomo.
- Fivaller Pablo Suvirats se formó en el atelier familiar de origen catalán, y también restauró vitrales de la Casa Rosada y el ex Palacio Central de Correos. En su equipo hay 7 personas para la reposición de piezas, puesta en valor y recuperación de las carpinterías, fundición y trafilación.



