Singular campus urbano en Morón
Por Luis J. Grossman
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Para los que no tenemos contactos con la Universidad de Morón, llegar a ese complejo edilicio implica una sorpresa. Hace unos días me tocó dar una clase en la Facultad de Arquitectura (que pronto cumplirá treinta años) y tuve ocasión de advertir el peso que tiene esta organización en la vida de la comunidad.
Resulta raro encontrar un conjunto que vincula, en una construcción de diez pisos, a estudiantes y docentes de varias facultades, lo que permite una interacción positiva entre estos al tiempo que se producen encuentros y debates que estimulan la acción intelectual deseable en un ambiente universitario.
Hay datos interesantes en cuanto a las relaciones que se urden entre el conjunto educacional y su entorno urbano. Salvo algunas máquinas situadas para el servicio de la Sala de Profesores, no hay cafeterías ni bares en el interior del complejo edilicio universitario. Así, los estudiantes se reúnen en los cafés y comedores del vecindario, lo que los vincula con la comunidad y viceversa.
Hace algunos años, al aludir a la frustrante realidad que ofrece la Ciudad Universitaria de Núñez, donde no hay interacción alguna entre los estudiantes y docentes de las distintas facultades, comentaba yo un escenario bien distinto: el del barrio universitario consolidado alrededor de la plaza Houssay. En ese rincón se encuentran y se mezclan, dialogan y discuten, los alumnos de Ciencias Económicas, Medicina, Odontología, Psicología y Humanidades, gracias a la presencia de sus respectivos edificios, a las facilidades que ofrece la plaza y a la posibilidad de estudiar y reunirse en muchos bares, cafeterías y restaurantes localizados en todo ese territorio estudiantil.
En Morón son diez las facultades que comparten el edificio principal y el anexo de laboratorios, a lo que se añaden el Hospital de Cirugía de Haedo, el campus de Agronomía en San Justo, la gran Biblioteca, el campo de deportes y una serie de edificios auxiliares situados en el contorno de la sede principal en Morón Sur. Si se piensa que la población promedio del conjunto llega a un número cercano a 17.000, resulta fácil evaluar el impacto que ocurre en este sector de la comuna durante el lapso que va de 8 a 22. Impacto que se mide cada enero, cuando toda la vecindad sale de vacaciones por el vaciamiento producido a causa de la inactividad de la UM.
