El modelo económico de la marca francesa fue lanzado en 1949; se produjeron más de 5,1 millones de unidades
Este año se cumplieron 75 años desde que salió de las líneas de producción de Levallois-Perret, Francia, el primer Citroën 2CV, un coche que sin dudas significó una revolución en la industria automotriz no solo por sus formas juveniles y atrevidas sino por todas las soluciones mecánicas que ofrecía.
Como varios otros de la época (el VW Escarabajo, el Fiat 500) el 2CV nació en 1936 como un auto popular; o sea, un vehículo versátil (se podía usar tanto en ciudad como en zonas rurales), barato, muy austero en cuanto al gasto de combustible y de bajo costo de mantenimiento. El proyecto se llamaba TPV (Toute Petite Voiture, o auto todo pequeño) y tomó su nombre de la potencia de homologación requerida en Francia para la época (Deux Chevaux Fiscaux, o dos caballos fiscales). Visto desde otro punto de vista, podía decirse que buscaba democratizar el acceso a un vehículo para gente de pocos recursos económicos.
El primer prototipo comenzó a rodar un año después. Estaba equipado con un motor de 2 cilindros opuestos refrigerados por agua, 375 cc, 9 CV a 3500 rpm y 19,6 Nm a 2000 rpm, transmisión de 3 marchas y tracción delantera. Además, pesaba solo 370 kg, tenía un solo faro delantero y podía transportar hasta 4 personas y 50 kg de equipaje a una velocidad máxima de 50 km/h. Y lo no menos importante: gastaba en promedio 3 L cada 100 kilómetros.
La marca planeaba presentar 250 modelos de preproducción en el Salón del Automóvil de París en 1939, pero el estallido de la Segunda Guerra Mundial impidió que esto sucediera. Por temor a que el vehículo cayera en manos del enemigo, Citroën mandó a destruir todos los 2CV producidos hasta ese momento, excepto cuatro que se mantuvieron ocultos en el Centro de Pruebas de la marca en La Ferté-Vidame.
Terminado el conflicto, se retomó rápidamente el proyecto, pero con algunas modificaciones: el propulsor pasó a ser refrigerado por aire, se le cambió la caja por una de 4 cambios y a los asientos se les puso un marco de acero, entre otros. Pero se mantuvieron las ideas originales: el chasis liviano adaptable a varios modelos, la carrocería en chapa estampada, el techo de luna corredizo y las famosas suspensiones independientes que tenían como objeto “trasladar cajas de huevo por cualquier camino sin que se rompieran”.
El 2CV (también conocido como modelo A) se presentó en el Salón de París de 1948, el 7 de octubre. Además de su peculiar mecánica tenía otras particularidades: las puertas eran tipo suicida y no tenían cerradura, el limpiaparabrisas se accionaba con la velocidad del impulsor, en el tablero solo aparecía el velocímetro, la calefacción era provista por el motor y demás. La gente recibió muy bien el modelo, especialmente porque rápidamente demostró que no solo era ideal para moverse en el tránsito sino que no tenía problemas para encarar los caminos embarrados de la campiña francesa o la arena de las largas costas francesas.
El segundo gran hito fue la presentación en 1951 de la Furgoneta (AU), una versión de dos plazas y caja de carga que podía transportar dos personas y 150 kg de carga.
En 1954 llegó la evolución: apareció la variante AZ, que contaba con el mismo motor de 2 cilindros pero que había sido estirado hasta los 425 cc para que generara 12 CV a 3500 y 19,6 Nm a 2000 rpm, y se le había colocado un embrague centrífugo. La velocidad máxima, entonces, llegaba a los 75 km/h.
En los años siguientes la potencia fue aumentando pasando por 13,5 CV a 4000 y 19,6 Nm a 2000 rpm y concluyendo con 18 CV a 5000 rpm y 28,5 kgm a 3500 rpm a base de aumentar la relación de compresión, diámetro del carburador y colectores de admisión-escape más gruesos.
A principios de 1970 se rearmó la gama limitándola a dos versiones: el 2CV 4 de 435 cc, 24 CV a 6750 rpm y 29,4 Nm a 2400 rpm; y el 2CV 6 de 602 cc, 29 CV a 5750 rpm y 39,2 Nm a 2400 rpm (en otros mercados se lo denominaba 3CV).
Por supuesto, hubo algunas ediciones especiales, como el recordado Sahara, que tenía dos motores de 425 cc que entregaban 24 CV a 3500 rpm y 39,2 Nm a 2000 rpm y tracción integral.
La producción del 2CV finalizó el 27 de julio de 1990, en la planta de Mangualde, Portugal. En esos 42 años se construyeron 5.114.969 de unidades, incluyendo 1.246.335 de furgonetas.
También acá
Claro que, como todo modelo antológico, el 2CV también tiene un capítulo argentino. Si bien los primeros 2CV comenzaron a llegar importados de Francia y Bélgica a principios de la década del ‘50, diez años más tarde Citroën decidió comenzar a fabricarlo en el país debido al éxito de ventas. La primera planta estaba en Brandsen, pero luego fue trasladada a la ciudad de Buenos Aires, en Barracas. Las versiones que se producían eran las AZ (motor de 425 cc y 12 CV), y con el tiempo se fueron sumando la versión furgoneta y la insólita pickup, de la que solo se produjeron 300 unidades.
En 1969 se presentó el 3CV, con puertas de disposición normal, nuevo sistema de apertura del techo, un capot distinto, la ventanilla trasera, y demás. Basado en esa plataforma, en 1971 se lanzó el Mehari.
El modelo se produjo en nuestro país hasta 1978, cuando Citroën decidió discontinuarlo tras despachar 168.003 de todas sus variantes.
En 1983, el 3CV regresó de la mano de la marca IES (Industrias Eduardo Sal Lari) y denominado IES 3CV. Hasta 1990 cuando la empresa quebró, comercializó varias versiones, como el América, Super América y Gringo.
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