Es un superdeportivo salvaje y extremo, pensado exclusivamente para usar en circuitos
A mediados de noviembre último, Gordon Murray Automotive (GMA) –empresa fundada por el legendario ingeniero y preparador de autos de F1–presentó a nivel global su superdeportivo T.50. Se trata de un auto con muchas similitudes estéticas con el McLaren F1 de 1992 (creado, precisamente, por Murray cuando trabajaba en la firma de Woking), al punto que es considerado como el sucesor de aquél mítico modelo de calle que revolucionó el mundo de los coches deportivos por sus adelantos tecnológicos.
Esta semana Murray lanzó su última maravilla mecánica, el T.50s Niki Lauda, un hiperdeportivo basado en el T.50 pero pensado exclusivamente para los circuitos. Por eso, qué mejor que bautizarlo con el nombre del enorme piloto austríaco tres veces campeón mundial de F1 que falleció en 2019 y que se merece un homenaje como este.
Si bien comparten el nombre, los dos son autos distintos. Para empezar, este es un monoplaza con motor de ubicación central trasero; luego, la carrocería, de diseño único, está íntegramente realizada en fibra de carbono y otros elementos ligeros (aluminio, titanio, etc.); además, tanto el sistema de suspensiones como de frenos fue reconfigurado para adaptarlo a la nueva potencia. Y para lograr más estabilidad, tiene una aleta vertical en el techo, un gigantesco alerón trasero, y un difusor y un splitter delantero más grandes. Por supuesto, cuenta con la misma turbina trasera que el T.50 original que le permite tener un downforce de 1500 kg.
Con todo esto lograron un coche extremadamente aerodinámico y también ligero: pesa apenas 852 kg, con lo que la relación peso-potencia es de casi 1 CV por kilo. ¿Por qué? Porque el motor atmosférico Cosworth V12 4.0 L de la versión de calle fue toqueteado (cambio en la toma de aire, nuevos árboles de leva y culata, válvulas de titanio y más) para llevar la potencia de los 663 CV a 11.500 rpm originales a 735 CV al mismo régimen (en realidad, son 711 CV pero gracias a un sistema de alimentación forzada logra estirarse a 735 CV) , mientras que el torque subió de 467 Nm a 485 Nm a 9000 rpm. La caja sigue siendo la de competición secuencial X-Trac de 6 marchas y la tracción es trasera. Acelera de 0 a 100 km/h en 3 segundos y alcanza una velocidad máxima de 338 km/h.
Y un detalle más: ¿cómo fue posible que pudieran crear dos coches semejantes en menos de cuatro meses? La respuesta es simple: ambos fueron desarrollados en simultáneo. Por eso, el valor de cada una de las 25 unidades de este Niki Lauda que se van a empezar a construir en enero de 2023 –cuando finalice la producción de las 100 del T.50 común– es de 3,6 millones de euros.