El Ficus, un árbol que tiene los días contados en la ciudad
La especie, una de las más extendidas a pesar de estar prohibida, sufre el ataque de una plaga
Quienes caminen por la ciudad y presten atención a los árboles de las veredas, notarán que en algunos barrios los Ficus –que son una especie de follaje perenne– están perdiendo sus hojas de manera exagerada. Si uno mira el ejemplar con atención, comprobará que el revés de las hojas tiene manchas blancas o plateadas y que una multitud de minúsculas "polillas" blanquecinas sobrevuelan el árbol.
Se trata de la mosca blanca, una plaga relativamente nueva en América. Es un insecto chupador que extrae los nutrientes de las hojas amarilleándolas hasta marchitarlas y hacerlas caer, pudiendo causar la muerte de las plantas severamente afectadas.
El déficit de árboles verificado durante un censo de 2001 llevó a la Ciudad a autorizar a los frentistas a plantar árboles en las planteras vacías sin mayores trámites. Si bien la ley 3263, de noviembre de 2009, volvió a prohibir esa práctica, la plantación por parte de los vecinos no se detuvo.
Según el censo de arbolado urbano de 2011, el Ficus benjamina es el sexto árbol en importancia en la ciudad de Buenos Aires. "Era el sexto, ahora es el tercero, lo cual nos preocupa", consignó el ingeniero agrónomo Jorge Fiorentino, de la Dirección General de Arbolado porteña. Según el funcionario, esta especie nunca fue plantada por organismo oficial alguno, sino que la plantan los vecinos.
Pariente cercano del gomero (Ficus elastica), un árbol que abundó en las calles porteñas durante el siglo pasado, el Ficus benjamina es hoy una especie amenazante. "Todavía son ejemplares jóvenes. No sabemos qué va a pasar con el correr de los años. Posiblemente, como sucedió con los gomeros, que fuimos retirando de a poco con un muy alto costo, sean unos pequeños monstruitos que rompan todo y que deban ser retirados", consideró Fiorentino.
"Cuando un amigo me pregunta qué árbol plantar, desaconsejo el Ficus", comentó el doctor Pablo Picca, investigador del Grupo de Estudio de Plantas Vasculares de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. "Más allá de que sus raíces son muy agresivas y rompen las veredas, para una ciudad como Buenos Aires son recomendables los árboles que en otoño tiran rápido su hojas y dejan pasar la luz del sol. Y el Ficus tiene un follaje que da mucha sombra", explicó.
"No pretendemos que la mosca blanca sea el control del Ficus, sino que esperamos que los vecinos nos ayuden y eviten plantarlos. No hay muchas especies aptas para plantar en la calle. Actualmente hay 300 especies y no debería haber más de treinta", dijo Fiorentino, que aconseja la especie sólo en los casos en los que no haya ningún otro árbol.
Centro de Divulgación Científica de la FCEN de la UBA
Remedios caseros
- Fotofobia. Ralear, mediante la poda, el interior de la planta (adonde llega menos luz solar), ya que una de las características del insecto es su fotofobia.
- Agua. Remover la tierra, colocar fertilizantes y regarla.
- Plaguicidas. Utilizar plaguicidas "caseros", como diluir un pan de jabón de lavar en 20 litros de agua y aplicarlo con pulverizador.