Citando a Greta Thunberg y con lenguaje inclusivo, una jueza le prohibió a la Ciudad incinerar basura
La Ciudad no podrá incinerar basura como alternativa para tratar los residuos urbanos. La Justicia declaró nula e inconstitucional la ley 5966 que en mayo del año pasado modificó la ley de "Basura cero" y autorizaba la combustión de desechos, con recuperación de energía.
Elena Liberatori, a cargo del juzgado de en lo Contencioso Administrativo N°4, declaró nula la ley, e hizo a lugar al amparo colectivo en el que participaron cooperativas de reciclado y organizaciones ambientalista y de derechos humanos. El cuestionamiento apuntó a que la ley se sancionó sin ser sometida a doble lectura, como indica la Constitución porteña en materia ambiental, y sin haber pasado por audiencia pública. El argumento del gobierno porteño, a lo largo de la causa, fue que como en la ciudad no cuenta con un Código Ambiental, una deuda de la Legislatura, no era requisito la doble votación ni el debate con las partes involucradas.
En cambio la jueza consideró que esta ley es inconstitucional, que viola el principio de progresividad y de no regresión, aplicables en la protección del derecho a un ambiente sano y equilibrado y a la salud, garantizados por tratados internacionales. Además, exhortó a la Legislatura y a la Ciudad a tomar en cuenta las opiniones técnicas y a producir informes de impacto ambiental antes de autorizar tecnologías como la "termovalorización de residuos", que puedan implicar daños ambientales. Y también hizo un llamado a los legisladores para no dilatar la sanción de un Código Ambiental para la ciudad.
La incineración de residuos está prohibida en la ciudad desde 1983, por la ordenanza 39.025. Pero la ley que Liberatori declaró nula permitía la instalación de plantas de termovalorización; un método que cuestionan los ambientalistas porque consiste en la quema de basura.
LA NACIÓN consultó a las autoridades porteñas sobre el fallo, pero la administración de Horacio Rodríguez Larreta todavía no se pronunció al respecto.
Sin embargo esta semana, cuando anunció las propuestas para un eventual segundo mandato, el jefe de gobierno anticipó que hasta el momento no se habían conseguido inversores privados para la construcción de las plantas debido a su elevado costo de unos US$ 300 millones por planta. En la ciudad de Buenos Aires se instalaría en el puerto.
La acción de amparo colectivo fue presentada tras la sanción de la ley 5966, por diversas cooperativas de recuperadores urbanos, por considerar que esta medida iba a afectar sus fuentes de trabajo, y también por el Observatorio del Derecho a la Ciudad (ODC), la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), la Asociación por la Justicia Ambiental (AJAM) y Greenpeace Argentina.
Por Greta, por Bruno y por todes
En el fallo, la jueza cita al papa Francisco, a la activista sueca Greta Thunberg y hasta a Bruno Rodríguez, el adolescente argentino que habló en la Cumbre del Clima, en Nueva York. Allí, pide "disculpas a las futuras generaciones" y opta por el lenguaje inclusivo: "Hoy los efectos que generamos con nuestras acciones al medio ambiente trascienden todo tipo de fronteras. El deterioro del ambiente es hoy un problema de todes", dice.
También carga contra el decreto presidencial que autorizó el ingreso de basura del exterior. "Resulta incomprensible que el Poder Ejecutivo Nacional por un decreto sostenga la necesidad de importar desechos para destinarlos a procesos productivos y para comercializarlos, siendo que de acuerdo a lo informado por el Gobierno de la Ciudad (en la causa) ésta produce suficiente basura propia, que no sabe dónde poner, y a raíz de ello autoriza su termovalorizacion", apunta la jueza.
Por qué la ciudad quiere incinerar
De hecho, luego de la presentación del amparo, en mayo del año pasado, el Gobierno de la Ciudad apeló y explicó las causas por las que se impulsaba la incineración.
Según surge del expediente: la ciudad gestiona miles de toneladas de residuos urbanos diarios. Cuenta con un centro de reciclaje con cinco plantas de procesamiento de residuos: áridos y restos de construcción, que procesa 2400 toneladas diarias; una segunda que trata la poda de la ciudad, unas 100 toneladas diarias; una tercera que procesa botellas, 10 toneladas por día; una cuarta donde se procesa material orgánico, 30 toneladas por día; y una quinta planta donde se separan los residuos secos, 10 toneladas por hora. Para la recuperación de la basura seca existen los centros verdes, en los que trabajan las cooperativas de recuperadores urbanos.
"Si bien la capacidad de tratamiento instalada ha aumentado en diez años, no se ha podido dar cumplimiento a las metas establecidas en la ley (de Basura Cero), que devinieron abstractas y obsoletas", informó el gobierno porteño a la Justicia. Y agrega: que solo la ciudad de Buenos Aires se generan unas 5792 toneladas por día, registrando junto con la provincia de Buenos Aires (19.665 toneladas por día), la más alta generación de residuos sólidos urbanos del país.
"La tecnología Waste to Energy (la que se utilizaría en la incineración) es un mecanismo adecuado de valorización que permite generar energía a partir de la combustión de residuos sin combustibles a base de petróleo y disminuir en gran magnitud (en un 90%) el volumen de lo que se deposita en relleno sanitario. Estas tecnologías se utilizan en las ciudades más densamente pobladas y desarrolladas", se argumenta.
Como en Europa
En su respuesta a la Justicia, el gobierno porteño explica que se propone que la planta de valorización energética "reciba únicamente residuos que no hayan podido ser reciclados". Para explicar por qué se opta por el sistema de incineración, se argumenta que "en materia de controles ambientales, la tecnología de valoración energética ha evolucionado de tal manera que actualmente tiene la capacidad de garantiza una adecuada protección del ambiente" y se habla de "experiencias de plantas europeas".
Para Liberatori, los argumentos fueron insuficientes: "No se advierte de los argumentos expuestos por el GCBA en este expediente de amparo, el nivel científico integral que requiere la materia ambiental. Ni la conveniencia técnica de las plantas de incineración, cuestiones que deliberadamente se soslayan y se solapan bajo pseudos argumentos jurídicos".
La jueza consideró "deleznable" que el gobierno infiera que, el hecho de que la Legislatura no haya sancionado un Código Ambietal, habilita a sancionar leyes simples sin audiencia pública en materia de medio ambiente. "Pone en evidencia la indisimulada intencionalidad de evitar que la ciudadanía participe", dice el fallo.
"Dan ejemplos generales del funcionamiento de esta tecnología en Europa, pero no se habla de datos duros y cálculos o informes de impacto ambiental que permitan dar cuenta de que la combustión con recuperación de energía sea un método adecuado para la ciudad de Buenos Aires", concluye la jueza.
"Producir energía en vez de generar basurales parece, en teoría, una buena idea. La prioridad debe ser el mantenimiento de la calidad de aire y no la necesidad de hacer desaparecer la basura sin prestar atención a los peligros que implica. La implementación de una tecnología de muy alta peligrosidad en un contexto de controles débiles o inexistentes es la peor combinación posible", apunta un informe de la Defensoría de la Ciudad, citado en el fallo.