Nuevos toldos sobre la calle Chile

Con la instalación de los toldos intervenidos por el artista Marino Santa María, los restaurantes y bares de la calle Chile entre Defensa y Balcarce, en el barrio porteño de San Telmo, lucen una nueva, mejorada y atractiva fisonomía.

El mes pasado los restaurantes de esa calle, todos ellos con mesas en la vereda, comenzaron a colocar los nuevos cobertores, que además de ser estéticamente más adecuados, son de activación eléctrica, lo que facilita su extensión y repliegue.

Los toldos tienen un tamaño aproximado de ocho metros por dos y son de material vinílico; la obra de arte se plasmó en la cubierta mediante un ploteado. Los colores predominantes son el azul, el rojo y el blanco, que se combinan en figuras abstractas.

La exigencia por parte del gobierno porteño para cambiar los viejos toldos había ocasionado cuestionamientos y hasta la resistencia de los comerciantes, en mayo del año pasado. El foco del conflicto era la cantidad de mesas y el lugar que éstas ocuparían en la vereda.

Finalmente, en el mes de noviembre se llegó a un acuerdo entre la Ciudad y los dueños de los locales sobre el tamaño y la forma de los toldos. Los bares se adecuaron a la reglamentación vigente y entonces se comenzó con la colocación de los cobertores.

La mayoría de los comerciantes se mostró conforme con la instalación de los toldos, aunque algunos también expresaron críticas.

La principal preocupación es la lluvia. "Los nuevos cobertores son más pequeños que los anteriores y no cubren la totalidad de la vereda; en el caso de lluvia no podremos atender mesas afuera, que es el fuerte de esta cuadra, sobre todo en verano", dijo la encargada de un local gastronómico. La misma queja se repitió en varios de los bares; algunos, incluso, opinaron, de forma casi despectiva: "Son unas sombrillas lindas, pero nada más".

A pesar de los cuestionamientos, ese tramo de la calle Chile luce ahora una apariencia renovada. Los toldos son una obra de arte que convive en el espacio público, para el disfrute de los vecinos y de la gran cantidad de turistas que visitan a diario el barrio de San Telmo.