Un argentino, al frente de una peligrosa misión científica
Es el doctor Claudio Sillero, que intenta salvar al lobo de Etiopía en la alta montaña
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OXFORD.- Un zoólogo argentino lidera una misión científica que puede considerarse la más peligrosa del mundo: el establecimiento de un cordón sanitario para salvar de la rabia a una especie en vías de extinción, el lobo de Etiopía.
¿Cómo se vacuna a un lobo al descubierto, a más de 3600 metros de altura y con temperaturas de -15 grados? La tarea parece sencilla sólo cuando la describe el doctor Claudio Sillero, graduado de la Universidad de La Plata y, desde hace varios años, miembro de la Unidad de Conservación de Vida Salvaje (Wild CRU) de la Universidad de Oxford.
"Se toma una frazada y, con unos guantes grandes para cuidarnos de que no nos muerda, le cubrimos la cabeza, le inmovilizamos las patas y le aplicamos la inyección. Le ponemos una etiqueta en una oreja para confirmar que lo vacunamos y lo dejamos partir. La operación dura entre tres y cinco minutos", explicó a LA NACION.
Nada entonces de paralizar al animal con sedantes como lo hacían los veterinarios de la serie Daktari , que despertó su interés por la zoología durante su infancia bonaerense. "Las autoridades etíopes no nos autorizaron a hacerlo por temor a que les extrajéramos sangre y tampoco quisieron que usáramos una vacuna oral porque contiene organismos genéticamente modificados."
"Pero creo que ahora que han visto cuán ardua es la tarea y la seriedad del problema están dispuestos a reevaluar su decisión", señaló Sillero, ganador en 1998 del equivalente al Nobel de su especialidad, el premio Whitley de Conservación Animal de la Real Sociedad Geográfica.
Esbelto y feroz
Esbelto y con una apariencia que recuerda a una mezcla de zorras y perros galgos, el lobo de Etiopía ( Canis simensis ) se parece poco a sus primos del resto del mundo, de no ser por su ferocidad, lo que le ha valido el apodo de "chacal rojo". Sólo unos 500 sobreviven en unas pocas montañas de la región del Parque Nacional de Bale, en Etiopía, donde viven en contacto cercano con los aborígenes oromo. Si bien esa coexistencia puede considerarse culturalmente positiva, también los expone al riesgo de contagiarse del virus de la rabia a partir de los perros que los oromo usan para cuidar su ganado.
El equipo, de unos 50 científicos dirigidos por Sillero y el doctor Fekadu Shiferaw, de la Autoridad para la Conservación del Lobo de Etiopía, diseñó este año un programa para crear una barrera capaz de evitar que el virus se expandiera. Por la experiencia recogida de una devastadora epidemia en 2003, los zoólogos sabían que tenían que moverse rápido: el primer animal fue vacunado el 20 de octubre pasado y, si todo marcha bien, el cordón sanitario estará terminado a fines de este mes.
"Ubicar a estos animales no es sencillo. Hay que rastrearlos a caballo en las cimas de montañas remotas, atraerlos con comida y esperar pacientemente a que aparezcan. Esto nos obliga a veces a pasar varios días acampando con temperaturas bajo cero. Aun así, ya hemos logrado vacunar a unos 300 animales", destacó Sillero.
La operación de salvataje cuesta cerca de 50.000 dólares, que aún no han sido del todo recaudados, aunque la misión cuenta con el apoyo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y fue aprobada por las autoridades etíopes.
"Es sólo a través de experiencias como éstas como podemos avanzar en el establecimiento efectivo de cordones sanitarios para todo tipo de especies. Este es un ejemplo contundente de la importancia de asociar la ciencia con la conservación para alcanzar soluciones prácticas", subrayó el doctor David MacDonald, director de Wild CRU, en la Universidad de Oxford.
El doctor Sillero coordina iniciativas para preservar también a otras especies en la India, Mongolia, Mozambique y Zimbabwe, sin olvidar su tierra natal, donde estuvo trabajando para salvar al enigmático gato andino como especie "bandera" para la protección de la diversidad natural de la Puna sudamericana.



