Una nueva técnica para predecir la fertilidad
Medir los niveles de una hormona, la inhibina B, permite saber si varones aparentemente infértiles tienen espermatozoides
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El 20% de los casos de infertilidad masculina se debe a la ausencia de espermatozoides en el eyaculado o azoospermia. Sin embargo, en muchos de estos pacientes los testículos producen espermatozoides, claro que en una cantidad extremadamente baja. En los últimos años, el desarrollo de una técnica de fertilización in vitro denominada ICSI (la inyección de un espermatozoide dentro de un óvulo) ha permitido que casi el 60% de estos varones pueda ser padre.
Pero, ¿cómo saber si un varón con azoospermia puede, ICSI mediante, tener hijos? Una reciente investigación del Centro de Estudios en Ginecología y Reproducción (Cegyr) ha confirmado la utilidad de una nueva herramienta diagnóstica que permite, en forma no invasiva, determinar con un alto margen de seguridad si estos pacientes cuentan con espermatozoides.
"Hemos probado una nueva forma, la mejor que existe por el momento, de predecir si un señor con azoospermia no obstructiva tiene espermatozoides -dijo a LA NACION el doctor Santiago Brugo Olmedo, director médico del Cegyr-. Consiste en medir la presencia en la sangre de una hormona llamada inhibina B; si el paciente presenta valores normales entonces tiene un 83,3% de posibilidades de tener espermatozoides."
Los resultados del estudio sobre esta técnica de medición de la inhibina B serán presentados la semana próxima en el Congreso Americano de Medicina Reproductiva y en diciembre serán publicados en Fertility & Sterility, la revista más prestigiosa de la especialidad.
Problemas masculinos
"Este nuevo método beneficia a varones que no pueden tener hijos por la sencilla razón de que no tienen espermatozoides en el eyaculado -explicó el doctor Brugo Olmedo-; en particular a los que tienen la forma no obstructiva de la azoospermia."
A diferencia de la forma obstructiva, en la que el 100% de los varones tiene espermatozoides que quedan retenidos en los testículos por una obstrucción de los conductos que los llevan al pene, en la forma no obstructiva el problema es la nula o mínima producción de espermatozoides.
Se estima que en el 30%de las parejas con problemas de fertilidad el problema en realidad está en el varón; de éstos, el 20% es debido a la azoospermia, que en el 80% de los casos es no obstructiva.
"En más de la mitad de estos pacientes es posible hallar espermatozoides en los testículos mediante una biopsia, el problema hasta ahora era saber en cuáles -afirmó este especialista-. La idea es evitar la biopsia en los casos en que hay una evidencia muy fuerte de que no hay espermatozoides, y alentarla en el caso contrario."
Para este fin se sometía a los pacientes a un análisis de sangre para medir los niveles de una hormona denominada FSH, pero los resultados eran muy poco confiables. Es por eso que los investigadores del Cegyr decidieron probar con otra hormona, la inhibina B, que había salido a la luz en un pequeño estudio publicado en Europa cinco meses atrás.
"Para probar la eficacia de esta hormona, estudiamos a 72 varones con azoospermia no obstructiva, 15 con azoospermia obstructiva y 10 hombres sin problemas de fertilidad -explicó Brugo Olmedo-. Pudimos observar que el 83,3% de los pacientes con azoospermia no obstructiva con niveles normales de inhibina B en sangre tenía espermatozoides, y que cuando los niveles estaban por debajo de lo normal sólo en el 20% se hallaban espermatozoides."
Una técnica sencilla
La protagonista de esta nueva técnica, la inhibina B, es una hormona que es fabricada por ciertas células que se encuentran dentro de los testículos. "Para medir los niveles en la sangre de este marcador sólo se necesita una pequeña extracción que luego es sometida técnicas muy sencillas", comentó el doctor Brugo Olmedo.
Actualmente, este nuevo método para predecir si los varones con azoospermia no obstructiva cuentan con espermatozoides ya se encuentra disponible en la mayoría de los laboratorios especializados en fertilidad de la Argentina, a un costo que ronda los 150 pesos.



