
Buscan reconstruir la escuela de una comunidad del Chaco salteño que perdió todo después de una inundación
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Hace 22 años, luego de viajar como antropóloga por primera vez a una comunidad indígena y ver la situación de marginalidad en la que vivían, Mercedes Avellaneda de Bocca (60) decidió cambiar el rumbo de su vida: "Me di cuenta que no quería estudiarlos, quería ayudar. Interactuar con ellos me recolocó en mi lugar en el mundo", afirma. Hoy, después de 20 años, es coordinadora de los programas educativos, productivos y de mejoras edilicias de Redes Solidarias, fundación que ayuda a las comunidades aborígenes aisladas en el Chaco salteño.
En marzo de este año, mientras viajaba desde Tartagal a Victoria, le llamó la atención ver gente acampando bajo la lluvia al borde de la ruta; eran 125 familias de la La Curvita, una de las 48 comunidades que viven a orillas del río Pilcomayo. Al hablar con los caciques, se enteraron que, luego de uno de los desbordes del río, todo su terreno se había inundado y habían perdido todo, debiendo trasladarse a otro lugar.
"Nos contaron con desesperación toda la situación y, además, lo vi con mis propios ojos: no tenían casa, agua ni comida", expresa Mercedes que acordó con los líderes de las 125 familias que una de las prioridades era reconstruir la escuela que, afirma, es la que organiza la comunidad: "La escuela para ellos significa la única presencia del estado".
"La deserción escolar en las comunidades aborígenes es muy grande, principalmente porque muchas veces los chicos tienen que desplazarse hasta 5 km y sin medios económicos para llegar a la escuela", expresa Mercedes, que afirma que la esperanza de los padres es que sus hijos puedan insertarse en la sociedad: "Saben que están completamente al margen y siempre me expresan el deseo de que los más jóvenes puedan acceder a un trabajo, ser independientes y libres".
Hoy ya llevan construidas dos aulas y, en octubre, el proyecto "Volver a empezar", impulsado por Mercedes y que forma parte de los programas educativos de la fundación, ganó el premio Mujeres Solidarias de Fundación Avon, que reconoce a aquellas líderes de todo el país que trabajan para mejorar la vida de las personas de diferentes comunidades.
"En este momento necesitamos ampliar la construcción con baños, porque por ahora los que tienen son químicos", expresa la antropóloga. Además, pide colaboración tanto de útiles escolares para los alumnos como para los docentes, desde lapiceras y lápices, hasta material didáctico como láminas o mapas: "Las escuelas están muy desprovistas".
Para ayudar, comunicarse por mail a: info@redes-solidarias.org.ar
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