Cómo manejan las ONG a sus voluntarios

AMIA, con una larga trayectoria en trabajo social, es una de las organizaciones referentes en el manejo de voluntarios en su accionar cotidiano. Hoy cuenta con 105 voluntarios comprometidos en diferentes tareas y programas. Si bien la entidad ya venía trabajando de acuerdo a los lineamiento de la ley, está modificando algunos puntos para terminar de ajustarse. "Uno de esos cambios es que todas las personas que quieran colaborar como voluntarios realicen un curso de capacitación sobre el espíritu y alcances de la institución", explica Glenda Garber, responsable del Programa de Voluntariado de la AMIA.

También están trabajando para formalizar el ABC que firma el voluntario, en relación a sus deberes y obligaciones. En este sentido, Garber cuenta que afortunadamente no han tenido ningún juicio de parte de voluntarios. "Es muy importante en las entrevistas de admisión detectar este tema. Sí tuvimos el caso de una persona que ingresó como voluntaria y que cuando consiguió un trabajo, dejó de colaborar", finaliza Garber.

En el caso de Un techo para mi país, entidad que consigue que cada año cerca de 6000 jóvenes participen solidariamente de sus construcciones y que cuenta con un plantel estable de 750 voluntarios, está de acuerdo en que tiene que haber una regulación mínima sobre el trabajo voluntario.

Su foco está puesto en personas de 18 a 30 años que quieran involucrarse a fondo. "No se les pide ningún requisito ni se los hace firmar nada. Lo que sí buscamos es conseguir un compromiso sostenido. Por eso les vamos dando cada vez responsabilidades mayores a medida que va cumpliendo con los objetivos. Empoderar es parte de nuestro modelo", explica Ignacio Pinto, Gerente General de la organización.

Además, Pinto cree primordial impulsar el voluntariado desde el ámbito universitario para que los jóvenes tomen contacto con la realidad.

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