Hogar y centro de día: un abordaje integral para los chicos más vulnerables
En Avellaneda, entre viejos frigoríficos cerrados y las vías del tren, hay una plaza que llama la atención por sus árboles altos y frondosos, los únicos de la zona. Allí funciona Pelota de Trapo, una fundación que nació hace más de 30 años y que desarrolla varios programas gratuitos destinados a niños y jóvenes en situación de pobreza.
La plaza está abierta a toda la comunidad y esta mañana está repleta de chicos que corren y adolescentes que juegan un picadito de fútbol.
Los vecinos conocen ese espacio como el Recreo, donde se ofrecen actividades culturales y recreativas, y al cual van sin tener que dar sus señas de identidad: solo a jugar, a compartir, a no estar solos y a divertirse. "El crecimiento sano y feliz de la infancia tiene que ser tan importante para la Argentina como el crecimiento económico", es la frase que está escrita en una de sus paredes.
"A las familias les está faltando el sentido de comunidad. La gente ya no está más en la vereda y los niños andan solos, sin nadie que los cuide. Acá compartimos lo que tenemos, como una familia", explica Laura Taffetani, miembro del consejo directivo de la fundación.
Múltiples programas
Entre sus programas, Pelota de Trapo cuenta con la Casa de los Niños, fundada por Alberto Morlachetti en 1983 y que funciona como un centro de día al que asisten 200 chicos del barrio que reciben las cuatro comidas. Además se los acompaña al colegio, se los ayuda con la tarea y se les ofrece diferentes actividades.
Por otro lado, la organización tiene un hogar donde viven 20 niños y adolescentes privados del cuidado parental, y donde los más grandes pueden participar de talleres de panadería e imprenta, en los que aprenden un oficio y tienen su primer trabajo.
Todos estos programas se sostienen con fondos que provienen de convenios con el gobierno de la provincia de Buenos Aires. El Ministerio de Desarrollo Social bonaerense renueva anualmente los acuerdos por becas mensuales para cada chico que forma parte de la Casa de los Niños (1800 pesos) y del hogar (6000 pesos) y cuenta con sus propios programas, de los que la fundación forma parte. Uno de ellos es Envión, que apunta a la formación laboral de los adolescentes y les otorga becas mensuales; otro es el de Unidad de Desarrollo Infantil, que da un apoyo económico por cada chico que esté bajo el cuidado de la fundación y complementa los anteriores.
Muchos de los voluntarios, además de buscar construir un futuro mejor para los beneficiarios, se proponen devolver lo que recibieron en su niñez. Ese es el caso de Poly, que llegó al hogar cuando tenía 12 años y vivió allí hasta los 18. Hoy, a los 40, quiere replicar su experiencia en los niños a los que le toca cuidar.
"Aquí me enseñaron con mucho amor a salir a la vida. Horneábamos pan en los hornos de barro [que hoy ya no están más] y salíamos a venderlo por el barrio a las fábricas, los frigoríficos y las escuelas. Hoy solo lo hacemos en la panadería", cuenta Poly. Y agrega: "El taller estaba abierto a todos, no era exclusivo para los chicos de Pelota de Trapo; por eso hoy, la idea es incluir y yo también traigo a mi hijo para que forme parte de toda la comunidad del hogar".
Pelota de Trapo
Ubicación: Piñeyro, Avellaneda
Beneficiarios: 300
Tarea social: centro de día, hogar para chicos, actividades culturales, talleres de panadería e imprenta
Contacto:pelotadetrapo.org.ar