Prevenir es posible
La prevención de las conductas adictivas tiene hoy dos frentes insoslayables.
Por una parte lograr que el Estado esté. Un Estado que no está, que llega tarde o es ineficaz nos deja cada día más a merced del narcotráfico, de la noche descontrolada, de la venta y consumo, a edad cada vez más temprana. Sólo la aplicación de políticas públicas de corto y mediano plazo pueden generar condiciones preventivas a escala y ninguna familia puede por sí sola lo que sí puede y debe hacer el Estado.
Pero no alcanza con criticar al Estado que no está. Porque el otro frente es si los padres elegimos estar. Ante la oferta cada vez más frecuente para que niños y adolescentes se involucren en situaciones de riesgo muchos padres reclaman que estén otros ocupando su lugar. Se exponen a potenciales tragedias y se quedan sin la mejor parte: estar para acompañar la vida de los hijos, estar para aprender de lo que viven, estar para sostener cuando su dolor y sus heridas reclamen cercanía, escucha y palabras de aliento.
Hay muchos padres que aunque no saben bien cómo, eligen estar. Luego de más de diez años de trabajar con cientos de familias, docentes y adolescentes en colegios, clubes y comunidades, algunas de ellas muy carenciadas, estoy seguro de que se puede prevenir. Padres en red. Padres atentos. Padres capaces también de disfrutar en medio de la lucha. Porque al final el trabajo cotidiano de la prevención se define en la calidad de los lazos familiares y sociales que cultivamos gracias a una comunicación profunda, en nuestra capacidad de estar atentos y de valorar a nuestros seres queridos, en nuestra decisión de defender y cuidar la vida de los que más amamos y de expresar de todas las maneras posible que no nos da lo mismo que sufran por causas absolutamente evitables, en un sano y compartido tiempo de diversión y esparcimiento, en la aplicación de acuerdos para evitar situaciones de riesgo, en nuestra persistencia para que en todo cuanto hagan, sientan y vivan genere en ellos y en otros más vida.
Los paradigmas que hasta hace muy poco servían para prevenir están en crisis o perimidos: no consumas porque "está prohibido", porque "te hace mal", porque "sos muy chico", porque "yo te lo digo". Hoy en día lo que no apunte al ejercicio de la racionalidad y al fomento del autocontrol no alcanza para prevenir.
Sí se puede prevenir. No sin estar. No sin nosotros.
Juan Pablo Berra
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