Recuperar la esperanza
La humanidad se enfrenta a un dilema. Como pasa cada varios siglos hay momentos donde el rumbo se tuerce hacia una nueva dimensión. Este es uno de ellos. Algo está pasando en todas partes.
Países ricos y pobres, comunidades grandes y pequeñas, enfrentamos todos una crisis que se hace evidente en dos frentes vinculados: el social y el ambiental.
El cambio climático genera consecuencias cada vez más visibles. La deforestación es una amenaza que transforma los ecosistemas. Cambian las lluvias, se calientan los mares. Mientras tanto, la diferencia entre ricos y pobres es salvaje. ¿Por qué hay tanta angustia en la vida cotidiana? ¿Hacia dónde corremos? ¿Dónde se originó la ambición desmesurada que ha creado todo esto?
Numerosas personas están trabajando para acercar a la gente lo que muchos estudiosos han desarrollado como soluciones. Aparecen por todos lados: desde el diseño, la energía, la arquitectura, la espiritualidad, la agricultura, la filosofía, el reciclado, la economía… Allí está floreciendo una novedad, de la mano de la sustentabilidad, que permitirá hacer dinero, pero tomando en cuenta el impacto social y ambiental de nuestra actividad: las empresas B. Un novedoso sistema que se está expandiendo en el mundo entero.
Estamos recuperando la esperanza. Cada vez más gente esta tomando conciencia de que los problemas globales requieren soluciones globales. En los que por encima de cualquier interés parcial está el interés de todos los habitantes de la Tierra.
Cada uno debe hacerse responsable de una parte. Es momento de regenerar la ética del cuidado.
Boy Olmi