“Si no vendemos los huevos de Pascua, cientos de chicos corren riesgo”
Hace casi 20 años, una señora donó una máquina de hacer chocolates a la Fundación San José Providente, que asiste a niños en situación de vulnerabilidad, y así, de la noche a la mañana, empezaron a fabricar huevos de Pascua. Gracias al boca en boca y a la calidad de los productos, a los dos años nació la bombonería Albricias y la venta de dulces se convirtió en una de las principales fuentes de ingresos de esta organización de José C. Paz, a tal punto que, solo en Semana Santa, generan el 40% del presupuesto que necesitan para funcionar. Sin embargo, por la pandemia del COVID-19 corren el riesgo de no poder vender los 30.000 huevos de chocolate que ya tienen listos, con las graves consecuencias que eso puede generar.
La chocolatería surgió como una manera de generar recursos genuinos para la organización y de darle empleo a la gente de la comunidad. Por eso, suelen contratar a los padres de los niños y niñas que asisten a los programas y a jóvenes mayores de 18 años que necesitan una ocupación. "Uno de nuestros objetivos principales es que las familias tengan un ingreso digno, porque creemos que trabajando se construye la sociedad", afirma el Padre Gustavo Manrique, quien acompaña al proyecto desde el inicio y hace 35 años trabaja en esta zona del conurbano bonaerense."La recaudación de los microemprendimientos es una inversión en el futuro de los chicos porque con eso les pagamos a las personas contratadas y costeamos el mantenimiento del edificio", agrega el párroco.
Generalmente, empiezan a producir los huevos de Pascua en enero para venderlos en Semana Santa, época de demanda excepcional. Este año tenían previsto ofrecerlos en más de 100 puntos de venta y darle trabajo a un número similar de personas, pero por el aislamiento obligatorio debieron suspender la campaña. "En marzo ya teníamos toda la mercadería lista para entregar a las empresas y para los stands al público, pero algunas compañías nos cancelaron y, lógicamente, no podemos salir a la calle a ofrecerlos", explica Sergio Alba Posse, responsable de Desarrollo de Recursos Productivos de la fundación.
San José Providente es una organización de la Sociedad Civil que asiste y contiene a niños, niñas, adolescentes y familias en situación de vulnerabilidad. Surgió hace 31 años en medio de la crisis económica del 1989. Empezaron con 40 chicos y hoy recibe todos los días a más de 200, de entre 3 y 18 años, en el hogar y a 100 más en la Casa del Niño. Tiene diferentes proyectos en los que dan alimento, apoyo escolar, talleres de formación y charlas de contención. "En situaciones de vulnerabilidad lo que más se experimenta es soledad, hambre de corazón, por eso les inculcamos a los chicos que ellos importan. De eso se trata la contención, de devolverle la esperanza y enseñarles que hay un futuro", detalla el Padre Gustavo.
"Donde hoy está la fábrica de Albricias, nosotros jugábamos al básquet", recuerda Carlos de Souza (38), quien a los 10 años y, junto a sus cinco hermanos, iba todas las tardes al hogar de la fundación cuando salía de la escuela. En ese entonces, a pesar de su corta edad, se tuvo que hacer cargo de su familia "porque era el mayor y las circunstancias así lo requerían": su mamá había fallecido, el más chico tenía 1 año y su papá trabajaba todo el día como pintor chapista. La Fundación San José Providente se convirtió en su espacio de contención.
Carlos hoy trabaja como supervisor de producción en una fábrica, está casado y tiene dos hijos. Afirma que todavía sigue buscando la forma de devolver un poco de todo lo que recibió, por eso ayuda a la ONG en todo lo que puede. "Cada vez que iba al hogar, volvía a ser un nene y a olvidarme de todo. Ver referentes que trabajaban y se preocupaban por mí, me devolvió la esperanza", recuerda. Para la chocolatería, suele colaborar reclutando gente para los stands, difundiendo las campañas y, por supuesto, comprando los huevos de Pascua.
Desde la organización advierten que quedarse con todo el stock de producción de huevos de Pascua tendría un impacto económico muy grave porque, aunque ya abonaron los sueldos de los trabajadores, están utilizando los ahorros de la fundación para saldar las cuentas con los proveedores. Frente a esta realidad, no se quedan de brazos cruzados y están evaluando diferentes formas de llegar a los clientes directos para evitar que ciento de chicos queden desamparados. Entre las opciones que intentan poder en práctica están entregar la mercadería en consignación a bombonerías, armar una página de compra directa o llegar a las casas a través de distribuidores directos o cadenas. También iniciaron una petición dirigida a importantes empresas de delivery y envíos en change.org, que ya firmaron casi 7000 personas en una semana.
¿Cómo colaborar?
- Podés firmar la petición "Ayuda a las familias y chicos de la Obra San José Providente"
- Para conocer las diferentes formas de colaborar con la Fundación San José Providente y comprar sus huevos de Pascua ingresar aquí