90 años de los amigos del Bellas Artes: un círculo virtuoso entre lo público y lo privado

La celebración del aniversario, que se cumple el viernes próximo, incluirá la presentación de un libro que repasa la historia de una de las organizaciones sin fines de lucro más antiguas del país

Era otro país y eran otros los debates, pero ya existían las grietas. A fines del siglo XIX llegó a haber un duelo “a primera sangre” entre el pintor e historiador Eduardo Schiaffino, que luego fundaría el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) y el crítico español Eugenio Auzón, por diferencias de opinión sobre la existencia de un arte que pudiera considerarse “argentino”. Eso recuerda hoy Julio César Crivelli, presidente de la Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes (Aamnba), una de las organizaciones sin fines de lucro más antiguas del país que el viernes próximo cumplirá nueve décadas.

Julio Crivelli con uno de sus libros publicados. En noviembre presentará Peregrinaciones y viajes mágicos, editado por MardulceArchivo

Si bien las discusiones en torno a la cultura fueron perdiendo intensidad ante una coyuntura cada vez más compleja, esta agrupación clave para la consolidación del museo de arte más importante de América del Sur –con un acervo de más de trece mil obras, desde el siglo III a. C. hasta la actualidad- mantuvo desde el comienzo sus principios: promover la difusión artística y la acción docente, y transformar aportes privados en patrimonio público. Mientras el mundo se paralizaba por la pandemia logró incluso crecer y cruzar fronteras, con la creación de nuevos modelos de financiamiento y divulgación cultural.

Retrato de Diego Martelli (1879), de Edgar Degas, una de las obras donadas al MNBAGentileza Aamnba

“Durante la cuarentena, el cambio fue muy fuerte. Gracias a la digitalización de los cursos, las matrículas se multiplicaron. El acceso se federalizó y se internacionalizó, y ahora estamos intentando hacer acuerdos con importantes instituciones de otros países”, dice a LA NACION Crivelli, quien sucedió hace una década a Nelly Arrieta de Blaquier -presidenta de la Aamnba durante 34 años, fallecida el año pasado- al repasar con orgullo una historia que incluyó importantes donaciones al MNBA.

Retrato de Lino Enea Spilimbergo (1974), de Carlos Alonso, una de las obras donadas al MNAGentileza Aamnba

En una época en que ya no existen donaciones equivalentes a la realizada hace 125 años por José Prudencio Guerrico, una de las colecciones fundacionales del MNBA que fueron enriqueciendo sus descendientes, ni se hacen viajes a Europa para sumar patrimonio como el realizado por Schiaffino en 1906, la Aamnba puede jactarse de haber aportado al acervo 185 obras de grandes artistas como Edgar Degas, Fernand Léger, Prilidiano Pueyrredón, Jorge de la Vega, Liliana Porter, Carlos Alonso y Raquel Forner, entre muchos otros. A eso se suman millonarias contribuciones para realizar muestras y renovaciones edilicias, como la que sumó al museo 10.000 m2 de superficie a comienzos de la década de 1980.

Composición (1934), de Raquel Forner, una de las obras donadas al MNBAGentileza Aamnba

Ese legado fue compilado en un libro que se presentará el 1° de noviembre próximo, en un acto reemplazará esta vez la tradicional gala de recaudación, transformada a la fuerza en 2020 en una recorrida virtual por el museo. “Aunque no hubo fiesta presencial, recaudamos unos nueve millones de pesos -destaca Crivelli-. Estos dos años han servido para ver que hay muchos donantes públicos, privados y personas que mantuvieron su apoyo porque tienen respeto por la institución, que no recibe aportes públicos.”

El mudo (1973), de Juan Carlos Distéfano, una de las obras donadas al MNBAGentileza Aamnba

Ese compromiso logró milagros en medio de una crisis global. Al patrocinio de bancos y empresas que actúan como sponsors se sumó una recaudación de más de 200.000 pesos a través del crowfunding logrado a través del sitio web, con contribuciones que van de los 2000 a los 15.000 pesos a cambio de beneficios. También se diseñaron “cursos a medida” para instituciones como el Jockey Club; se impulsaron alianzas estratégicas con otras como el Hospital Alemán y la Fundación Bunge & Born, y se lanzó la campaña #MuseoEnMovimiento, con McDonald’s y Coca-Cola, para exhibir a cielo abierto reproducciones a gran escala de obras del museo. Una forma innovadora de llegar al público más joven, que representa un 20% de los 2500 socios.

Sin título (1979), de Liliana Porter, una de las obras donadas al MNBAGentileza Aamnba

“En el mundo, los grandes museos públicos necesitan financiamiento para adaptar sus tradicionales muros a esta era que se mueve con velocidad. En la Argentina es necesario proyectar opciones que avancen hacia el modelo de gestión público privado”, señala Crivelli en el prólogo del libro. Algo imprescindible “en tiempos aciagos como los que nos toca vivir por la pandemia” según confirma unas páginas más adelante Andrés Duprat, director del MNBA.

María la acróbata (1936), de Fernand Léger, una de las obras donadas al MNBAGentileza Aamnba

Para celebrar el 90° aniversario está en marcha una considerable mejora del pabellón construido para la Exposición del Sesquicentenario de la Revolución de Mayo por el arquitecto César Janello -junto con Rubén Fraile y Jorge Gómez Alaiz-, que también se contó entonces entre los creadores del puente que cruza sobre Avenida Figueroa Alcorta. Concebido como una estructura desmontable, el anexo devenido permanente aloja hoy la sala de exposiciones temporarias del museo, la sede de la Aamnba, el auditorio y el área del restaurant.

Intimidad de un tímido (1963), de Jorge De la Vega, una de las obras donadas al MNBAGentileza Aamnba

Entre las obras previstas se recuperará la fachada de planta baja con carpinterías perimetrales de aluminio y vidrio, se abrirá un ingreso al hall de la asociación desde el Paseo de Esculturas y se construirán nuevas salas para talleres y actividades culturales. En noviembre se inaugurará Bellas Artes Bar, el espacio dedicado a la nueva concesión gastronómica, con tres propuestas: La Fernetería (restaurante italiano), Collette (cafetería) y Trapizzinos Shop (con variedad de sandwiches italianos para comer al paso). “El resto se terminará hacia fines del verano 2022″, adelantó a LA NACION Andrés Gribnicow, director ejecutivo de la Aamnba.

La tapa del libro que presentará en noviembre la AamnbaGentileza Aamnba

“Los amigos vivieron también etapas de zozobra y sucesivas urgencias, que plantearon numerosas disyuntivas. En las últimas décadas hubo períodos donde la adquisición de obras no tuvo la continuidad deseada, simplemente porque había que atender necesidades que, de no cubrirse, hubieran impedido el normal funcionamiento del museo”, advierte Crivelli. En la lista de tareas pendientes sigue faltando, según él, “más espacio de exhibición que podría incentivar más donaciones”, en este círculo virtuoso que continúa creciendo, gracias a un equipo “capaz de asumir los enormes retos que plantean las nuevas circunstancias y un futuro donde lo único permanente será el cambio”.

En números:

U$D 5.085.580

Aporte realizado por la Aamnba durante los últimos diez años, destinado a obras de infraestructura, donación de obras de arte, realización de exposiciones temporarias y catálogos y gastos generales de mantenimiento.

U$D 2.939.606

Recursos destinados a la realización de actividades de extensión cultural y educación, acciones para socios y funcionamiento de Tienda Bellas Artes.