"Caritas es un freno al clientelismo"
Monseñor Casaretto dijo que la entidad actúa como garantía para el financiamiento de planes sociales
"La Navidad es la presencia del Hijo de Dios en la Tierra. Es el inicio de su ciclo, que nace en la pobreza y contrasta con la frivolidad y el despilfarro que hay en el mundo. Es un llamado a la comunión de todos los hombres con Dios y con sus hermanos, y esto implica la anteposición del bien común a los intereses sectoriales y particulares."
A los 67 años, monseñor Jorge Casaretto, obispo de San Isidro, está convencido de que la Argentina trata de buscar caminos que la ayuden a construir una sociedad civil más sólida. "Ningún grupo o sector solo podrá encontrar los caminos y las soluciones para nuestro país. Toda la dirigencia argentina debe centrarse en esa búsqueda de motivaciones comunes", afirma el obispo, que desde 1999 preside Caritas Argentina. La institución lleva adelante diversos planes de asistencia social y promoción humana con 30.000 voluntarios, que llegan a tres millones de personas en todos los rincones del país. También realiza controles de gestión para evitar el clientelismo político, por pedido del gobierno nacional.
"A partir de la crisis, la sociedad civil nos impulsó a controlar la gestión de los gobiernos. El ministro de Salud nos dijo: Queremos que el plan Remediar lo controle Caritas. Se trata de un plan que distribuye botiquines con 40 medicamentos fundamentales. Le respondimos que no estábamos en condiciones. Y nos dijo que si Caritas no entraba, el BID no acordaba el crédito. Se nos planteó un problema de conciencia muy fuerte. Hicimos una consulta a las diócesis y nos contestaron afirmativamente, pero algunas no estaban en condiciones. Apelamos a la Cruz Roja, que asumió esta tarea donde no podían las Caritas diocesanas. Entre las dos hacemos el control de gestión; es uno de los mejores planes y el que anda mejor", relató el titular de Caritas a LA NACION.
"Se nos pidió también el control del Plan Jefes y Jefas -contó Casaretto- y estamos trabajando en eso con las dificultades previsibles, porque todos sabemos que hay clientelismo político en la Argentina. Después de la crisis, hemos tratado de superar una actitud puritana y decidimos quedarnos, a pesar de no poder realizar un control perfecto. La presencia de Caritas siempre es un alerta para que el clientelismo político desaparezca o se destierre."
-¿Hubo un retroceso del clientelismo político?
-En algunas provincias sí y en otras no. Nuestra presencia en los planes sociales ha tenido una dimensión positiva. Propusimos la tarjeta para los planes sociales, que permite desterrar el clientelismo político. Un primer paso es el plan Familia, una ayuda de hasta $ 200 a la madre y otra asignación por cada hijo. La contraprestación de la madre es que los chicos vayan a la escuela, un avance importante en tiempos de deserción escolar.
-¿Hay vinculaciones con otros organismos?
-El Ministerio de Planificación nos invitó a participar de un plan de viviendas, que ayuda a generar trabajo. Y es buena la relación con el Ministerio de Desarrollo Social. En este último tiempo, han sido muy importantes los microemprendimientos. Desde la persona que compró una máquina para hacer fideos, hasta la que instaló un horno para cocinar pan, máquinas de coser, fábricas de velas y otras iniciativas de carácter artesanal.
-¿Hay logros pendientes?
-Uno de los intentos que todavía no hemos podido lograr es una reglamentación sobre los consejos consultivos provinciales y municipales. Incluso que se reglamente el consejo consultivo nacional y pretendemos también un control de gestión en cada lugar para todos los planes. En estos momentos, está a la firma del Presidente, pero se está demorando un poco.
-¿Por qué Caritas sigue teniendo prestigio en la población?
-La gente la ha sentido cercana. Caritas siempre está en el teatro de operaciones donde la pobreza está presente. Y los voluntarios de Caritas son los pobres; no es gente que viene de afuera. El dar y recibir es una constante. Somos un puente que pone en comunión toda la capacidad de servir que tiene la gente. Eso es la Iglesia en la Argentina. La Iglesia también creció mucho en comunión y en diálogo con otras religiones. Trabajamos con otras iglesias, tenemos emprendimientos con la AMIA. Y esto se sustenta en la línea de la opción preferencial por los pobres, que hoy está asumida por toda la Iglesia.
lanacionar