Murió el dibujante del Pato Donald
PORTLAND, EE. UU.- Carl Barks, el hombre que dibujó al Pato Donald durante casi 40 años, falleció anteayer, a los 99 años, en la ciudad norteamericana de Oregón.
El ingenio de Barks le dio a Donald una personalidad, un discurso, emociones, amigos y enemigos, sobrinos y una novia;lo hizo parte de un universo propio y le otorgó una jerarquía que lo colocó casi en pie de igualdad con la superestrella de los estudios Disney, el Ratón Mickey.
Barks, que sufría de leucemia desde hacía un año, nació en 1901 en una familia humilde, en un pueblo cercano a California. Dejó la escuela a los quince años. Fue leñador, trabajó en la reparación de rutas y caminos, en una imprenta y dibujó historietas para una revista.
En 1935 se unió a los estudios Disney, donde comenzó a dibujar al Pato Donald para las películas animadas. Hasta ese momento, Donald sólo graznaba de manera ininteligible, era un personaje secundario que se destacaba solamente por su mal carácter. Un año después ya tenía voz y con rapidez escalaba posiciones en las preferencias del público.
Con el tiempo, Donald formaría con Mickey un dúo famoso, aunque el pato siempre mantuvo el segundo lugar: fue vendedor de maní en "La orquesta de Mickey" y bombero en "La brigada de Mickey", entre otras. Entre 1935 y 1942, Donald intervino en 36 películas y en 1937 se consagró con su propia serie de dibujos animados.
Egocéntrico y perezoso
Detrás de ese éxito estaba Barks, quien con el paso del tiempo fue modificando la apariencia del personaje. Su carácter irascible y su traje de marinero, sin embargo, no lo abandonaron nunca. A diferencia de Mickey, siempre dispuesto a ayudar a los demás, Donald era egocéntrico y bastante perezoso.
Barks se ocupó de darle al pato un mundo propio: creó a sus sobrinos Hugo, Paco y Luis, a la linda pata Daisy, al millonario tío Rico y a Ciro, el inventor.
"Siempre pensé que yo era alguien sin suerte, como Donald, que a menudo es víctima de las circunstancias. Sin embargo, no hay nadie en los Estados Unidos que no pueda identificarse con él, porque comete los mismos errores que nosotros", dijo Barks hace algunos años, en una entrevista.
El dibujante siguió dando vida a Donald hasta 1966. Pero durante todo ese tiempo fue un desconocido para el público: como muchos artistas de esos días, su nombre no aparecía en las tiras que dibujaba.
La situación cambió con su retiro, en 1973. Sus óleos de Donald y su familia llegaron a venderse muy bien. Uno de los últimos alcanzó los 500.000 dólares, en 1998. Los estudios Disney también lo reconocieron: Barks fue parte de un tour por Europa cuando Donald cumplió 60 años, en 1994. Y su cumpleaños número 96 fue festejado con todos los honores.
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