Orígenes del judaísmo

DESDE un siglo y medio antes y hasta un siglo y medio después del nacimiento de Cristo, los judíos llevaron a cabo una guerra atroz y desesperada contra los dos imperialismos más irresistibles del mundo antiguo -el greco-macedónico y el romano-, alentados por la esperanza siempre renovada de un mesías salvador y restaurador del Reino de David en Palestina, extinguido más de cuatrocientos años antes. Los motivos religiosos y éticos de esta vigorosa resistencia étnica contra una dominación considerada extranjera, tiránica e impía, constituyeron el fermento en el cual surgieron el judaísmo y el cristianismo actuales. La feroz represión romana contra la resistencia judía (que culminó en el año 70 de nuestra era con la destrucción total del Templo de Jerusalem) contribuyó, paradójicamente, a que esas doctrinas se extendiesen por la totalidad del Imperio Romano e iniciaran así una nueva etapa en la historia espiritual de la cultura occidental.

Casi dos mil años más tarde, y también en el contexto de una guerra -la que un año después, en 1948, daría origen al moderno Estado de Israel- unos pastores beduinos hallaron, en unas cuevas del desierto de Judea y en las cercanías del Mar Muerto, unos manuscritos venerables y misteriosos que pertenecieron a algunos de esos grupos político-religiosos judíos involucrados en la lucha contra la dominación romana. Los denominados Manuscritos de Qumrán -así llamados por el nombre de la localidad en que se halló la mayor parte de ellos- dieron lugar a una verdadera revolución en los estudios sobre los orígenes de la religión de judíos y cristianos y, en más de una oportunidad, se convirtieron ellos mismos en objeto de controversias no sólo históricas y académicas, sino también abiertamente religiosas y nacionales, en medio de ese abigarrado mosaico étnico y cultural que es la región palestina desde casi los inicios de su historia.

Los manuscritos del Mar Muerto es una colección de ensayos históricos sobre estos documentos apasionantes, compilados por el profesor Hershel Shanks, presidente de The Biblical Archaeology Society, quien también tuvo a su cargo las breves palabras de presentación y resumen de cada uno de los capítulos. Una obra que parece en principio destinada a profesionales y especialistas se convierte, apenas iniciada la lectura, en un variado y seductor laberinto de situaciones que ponen en evidencia qué cercanos y qué distantes se encuentran los lectores actuales de los copistas y autores de esos manuscritos del siglo I a. C. Es verdad que los textos del Mar Muerto revelan hasta dónde la sensibilidad religiosa y los valores éticos y morales de la vieja religión mosaica se acercaban por esa época trascendental a los más recientes de la tradición judeo-cristiana. Pero no es menos cierto que este decisivo descubrimiento, que ilustra acerca de la vida y los actos de esos hombres desconocidos para nosotros, ha sido resultado de peripecias e intrigas tan diversas (desde conflictos internacionales hasta disputas académicas) que no puede dejar de sorprender descubrir la historia tan expuesta a los arbitrios de sus propios acontecimientos.

Relatos sobre el descubrimiento de los manuscritos, descripciones del mundo político y religioso del período en que fueron redactados, debates académicos respecto de sus posibles autores, comentarios eruditos sobre su influencia religiosa posterior y sus relaciones con la literatura bíblica, se unen en este volumen a una descripción sobre el método empleado para restaurar los pergaminos y hasta a una nómina del fabuloso tesoro del Templo de Jerusalem. En Los Manuscritos del Mar Muerto , la legítima curiosidad por el pasado, el deseo de indagar en la historia de las religiones y la investigación desapasionada y erudita se combinan, en un extraño abordaje, atractivo e inquietante, sobre los más remotos y enigmáticos orígenes de nuestra cultura.