Dolor en el ambiente literario por la muerte de Leopoldo Brizuela

La noticia del fallecimiento de Leopoldo Brizuela, esta mañana, a los 55 años, fue como una bofetada intempestiva para el ámbito literario, en el que el escritor era muy querido. Tras el primer impacto, comenzaron durante la mañana a difundirse, sobre todo a través de las redes sociales, expresiones de dolor y añoranza del talento literario, de su personalidad y trayectoria.

"Me destroza el corazón", dijo Alberto Manguel a LA NACION, ante la triste noticia sobre "uno de los escritores más importantes de su generación", a quien el intelectual había convocado para trabajar en la Biblioteca Nacional en los últimos años, cuando justamente Manguel dirigía esa importante institución en Buenos Aires.

Manguel destacó que "Leopoldo era un hombre cariñoso, inteligente, generoso". Y recordó: cuando le pedí que se ocupara de atraer donaciones de archivos y bibliotecas, hizo ese trabajo de forma deslumbrante. Consiguió traer archivos como los de Alberto Girri, como parte del archivo de Alejandra Pizarnik y también, de escritores un poco olvidados como Hermes Villordo, donde sospechaba la importancia de la correspondencia con los escritores europeos más famosos del siglo XX", agregó. "Con su simpatía personal, atrajo la confianza de los herederos de muchos de esos archivos y bibliotecas y si las Biblioteca Nacional es ahora el repositorio de esos tesoros, es gracias a Leopoldo Brizuela".

Colegas escritores y ex alumnos, gente de las editoriales y librerías, también sintieron la pérdida en Twitter. Tanto el ministro de cultura porteño como la secretaría de Cultura de la Nación despidieron "con gran pesar" a Brizuela. Muchas de esas expresiones recuerdan los talleres de escritura que daba en su casa, en su querida Tolosa, y destacan su sensibilidad y su humor ácido, lleno de picardía, y su generosidad con las obras de los otros.

Por su parte, el escritor Guillermo Martinez recordó a LA NACION el momento en que se hizo amigo de Brizuela en el año '93, durante un congreso de jóvenes escritores en Málaga del que también participaron Pablo de Santis, Marcelo Birmajer Marcelo Figueras, Gustavo Nielsen, Andy Nachon. "Me cuesta hablar de él en pasado, y no puedo creer estar escribiendo en su memoria", dijo.

Martinez lo describió como un "excelente" escritor, y destacó: "Era una persona muy cálida, muy comprometido en esa época con las Madres de Plaza de Mayo (yo conocí a Hebe de Bonafini a través de los talleres que él daba en la sede de ellas). También era muy atípico en su modo de leer, sobre todo en el rescate de escritoras de otras épocas (Sara Gallardo, Beatriz Guido). Era muy amigo también de María Elena Walsh".

Según dijo, Brizuela "creía en las amistades entre escritores y amaba hablar de literatura". Ambos compartían la pasión por textos de Henry James y también la admiración por Vlady Kociancich. "Era muy generoso con sus afectos, recuerdo que una vez aceptó tener por un mes a nuestra perra en su casa de La plata, a pesar de que creía detestar a los perros. Después no quería devolverla", agregó, y se lamentó por haber estado "bastante distanciados durante los últimos años". "Nunca supe bien por qué", reflexionó.

La escritora Claudia Piñeiro también habló con LA NACION tras conocer la noticia y contó cómo se vivió la muerte a Brizuela entre amigos colegas. "Creo que nos resistimos a creer que se murió. Desde la mañana nos escribimos para confirmar si es cierto", contó.

Piñeiro se encontró con Mempo Giardinelli y Natalia Porta Lopez en Costa Rica a donde viajaron para asistir a un festival. "Lloramos abrazados. Es un desconsuelo tremendo. Gran persona, alegre, generoso, y escritor exquisito", resumió.

En el mismo sentido, compartió el escritor Enzo Maqueira: "Nos enseñaste a Sara Gallardo, a Elvira Orphee, tanta hermosa literatura. Voy a extrañar tus recomendaciones, tus consejos y tus berrinches". Entre otros, difundieron sus condolencias autores como Laura Alcoba, Sergio Olguin, Antonio Santa Ana y otros.