Un debate parlamentario que genera sospechas
"La manipulaci贸n de la informaci贸n les hace mucho mal a la Argentina y a los ciudadanos que tienen derecho a informarse", afirm贸 la presidenta Cristina Kirchner, en su discurso ante la Asamblea Legislativa.
En l铆nea con lo que sostiene desde su asunci贸n, la Presidenta planteaba ante los legisladores lo que ya hab铆a anticipado en la Biblioteca Nacional el 27 de febrero 煤ltimo. Para ella, los medios repiten "un libreto que nadie sabe qui茅n elabora" e inst贸 a los intelectuales que la siguen a que ayuden a la sociedad a "desentra帽ar los mensajes de la prensa".
Esta visi贸n oficial sobre el papel de la prensa se esboza desde la presidencia de N茅stor Kirchner y se exacerba progresivamente durante la actual gesti贸n. Todo aquello que piense o exprese distinto de la historia oficial es simplemente reaccionario o desestabilizador. Para este gobierno, la prensa no tiene un atisbo de independencia, sino que siempre act煤a en funci贸n de intereses diab贸licos. Para este gobierno, los medios de comunicaci贸n son un enemigo por vencer, tal como el campo o la oposici贸n.
驴Qu茅 diferencia existe, entonces, entre el primer anuncio de la presidenta Kirchner respecto de la modificaci贸n de la ley de radiodifusi贸n y este 煤ltimo, realizado en el Congreso?
Conviene repasar algunos hechos que, en orden cronol贸gico, traducen la pol铆tica oficial hacia los medios de comunicaci贸n.
Simult谩neamente con el anuncio realizado en abril de 2008 para modificar la ley de radiodifusi贸n, la Presidenta present贸 un observatorio que intentaba ser un monitor de la cobertura medi谩tica en lo m谩s candente de la crisis con el campo. Durante todo el a帽o pasado, los ataques y cuestionamientos a medios y periodistas estuvieron a la orden del d铆a; la violencia discursiva precedi贸 a hechos de violencia expl铆cita, como el ataque a un stand de Radio Mitre en la Feria del Libro.
Mientras esper谩bamos el proyecto de radiodifusi贸n oficial, que nunca fue dado a conocer, el Comit茅 Federal de Radiodifusi贸n (Comfer) comenz贸 a actuar selectivamente contra algunos medios cr铆ticos, como Radio Continental, y un aliado sindical de primer nivel bloqueaba la salida de los diarios con la intenci贸n de dominar el circuito de distribuci贸n de diarios y revistas.
La manipulaci贸n de la informaci贸n qued贸 claramente verificada cuando el canal oficial no transmiti贸 las im谩genes del vicepresidente Cobos, cuando se contrata productoras privadas para difundir los actos oficiales y cuando no se permite a los canales de aire transmitir en vivo desde la Asamblea Legislativa.
Tambi茅n se manipula la informaci贸n cuando la pauta oficial se utiliza para premiar a los medios adictos y castigar a los independientes o cr铆ticos.
Como si todo eso no alcanzara para demostrar la visi贸n que tiene esta gesti贸n hacia la prensa y el clima de censura instalado, basta con recordar que en enero de este a帽o el programa de Nelson Castro fue levantado de la programaci贸n de Radio Del Plata. Los nuevos due帽os de la emisora, de fuerte vinculaci贸n con el Gobierno, se molestaron con las denuncias de sobreprecios en sus obras p煤blicas, pero voceros de la empresa, adem谩s, dejaron saber que todos los d铆as alg煤n funcionario se quejaba de las afirmaciones del periodista.
En definitiva, entre el anuncio del 2008 y el reciente trasunta una advertencia: la reforma de la ley de radiodifusi贸n para esta administraci贸n -en este contexto de confrontaci贸n con la prensa- puede ser nada m谩s que una herramienta para someter a los medios de comunicaci贸n.
Con el discurso de "romper los monopolios" y "democratizar la informaci贸n", se intenta neomonopolizar el sistema p煤blico y privado de medios en manos amigas.
Es importante que la agenda parlamentaria asegure transparencia y objetividad en el tratamiento de la radiodifusi贸n, incluyendo leyes para el acceso a la informaci贸n y la regulaci贸n de la publicidad oficial. De nada servir谩 una ley ama帽ada o a la medida de este gobierno; las deudas regulatorias del Estado en materia de radiodifusi贸n deben saldarse con el consenso que corresponde a una verdadera pol铆tica de Estado.