Agustín Canapino, un ganador con estirpe en el estreno del Top Race

PARANÁ.- A Agustín Canapino lo criaron sus abuelos, fue su padre, Alberto, el que lo consagró en el automovilismo y ahora asegura precisar de la ayuda de su pequeño hermano Matías para una de las tareas más ingratas que lo esperan en el 2016 automovilístico: lidiar con los hermanos Girolami.

Uno de ellos, "el Bebu" Néstor, su némesis desde hace varias temporadas, le ganó los últimos dos títulos del Super TC2000, cuando compartían el equipo Peugeot. Canapino se defendía exitosamente en el Top Race V6, categoría en la que logró cinco títulos entre 2009 y 2013, pero ayer no puedo evitar una mueca de desagrado cuando, a mitad de la carrera apertura del torneo de la categoría, en Paraná, quedó detrás de los dos Girolami: el Bebu iba segundo y su hermano menor, Franco, era el puntero.

"Apurate, Mati, crecé que tenés que ayudarme con los Girolami", bromeó Canapino un rato más tarde, desde el escalón más alto del podio: los hermanos cordobeses habían quedado en el camino, uno con problemas de motor y otro con un cable de acelerador cortado.

Por ahora tendrá que conformarse con la ayuda de la mecánica, porque Matías, al que le lleva diez años, sólo hace tres que corre en karting y por ahora tiene apenas 15. Es el mismo al que Agustín "abandonó" en el autódromo de Buenos Aires un par de años atrás, molesto por haber perdido los 200 Kilómetros a manos de Girolami a causa de un error suyo: tan ofuscado estaba que se marchó del circuito olvidando llevarse a su pequeño hermano.

El arrecifeño se volvió creyente: ahora es de aquellos que creen que no hay dos sin tres. Ganó el domingo 6 en el Turismo Carretera, en Neuquén, ayer se impuso en el Top Race y confía en vencer el domingo próximo, en la apertura del Super TC2000, en Trelew, en su regreso al equipo oficial Chevrolet.