NBA: el pizarrón de Popovich, a punto de consumar otro milagro para San Antonio Spurs

En su primera temporada sin ninguno de los integrantes del histórico tridente conformado por Tim Duncan, Manu Ginóbili y Tony Parker, San Antonio Spurs está a un triunfo de una hazaña impensada: tras haber derrotado a Denver Nuggets por 120 a 103, los texanos forzaron un séptimo partido en los playoffs, que se celebrará el sábado por la noche en el Pepsi Center de Denver. Con la serie empatada en tres juegos por equipo, Gregg Popovich está a punto de consumar un milagro más frente al segundo mejor equipo del Oeste durante la temporada regular de la NBA.

Ni siquiera la noche de Nikola Jokic, uno de los jugadores más excitantes de la liga, truncó los planes de los Spurs. El serbio, un unicornio que combina el talento de un base y el cuerpo de un pivote, alcanzó la máxima cifra anotadora de su carrera con 43 puntos (19-30 de cancha), además de 12 rebotes y 9 asistencias en 38 minutos. Ante el bajo rendimiento de sus compañeros, Jokic asumió el liderazgo y se cargó al hombro la ofensiva de su equipo.

No alcanzó con la producción estelar de Jokic, el mejor jugador de la serie y uno de los mejores de la liga. Pero San Antonio, un equipo contracultural que hace del tiro de media distancia su medio de vida, encestó el 57.1% de cancha con 30 de 49 lanzamientos de dos puntos y 20 de 29 desde el midrange. Su alto porcentaje también se extendió al perímetro, donde convirtieron el 41.7% de sus triples intentados.

La identidad de sus estrellas define a los Spurs: ni LaMarcus Aldridge ni DeMar DeRozan son tiradores. Aldridge fue el máximo goleador con 26 puntos, además de 10 rebotes, 5 asistencias y una tapa, con 10-18 de cancha y 1-3 de en triples. DeMar DeRozan sumó 25 puntos, 7 asistencias y 7 rebotes con una precisión del 75% de cancha (12-16) y sin triples intentados.

Rudy Gay fue el tercer elemento para la victoria. Después de encestar apenas 7 de sus 33 intentos en la serie, su eficacia aumentó exponencialmente: convirtió la misma cantidad de tiros en 11 intentos durante 28 minutos en la noche del jueves para alcanzar 19 unidades saliendo desde el banco de suplentes. El alero de 32 años es uno de los mejores tiradores del equipo, después de haber redondeado la mejor temporada de su carrera desde el perímetro con 40.2% de eficacia.

San Antonio tendrá que escalar el Everest en busca de la clasificación a las semifinales del Oeste, donde espera Portland Trail-Blazers después de haber vencido a Oklahoma City Thunder en cinco juegos. El séptimo partido se disputará en el Pepsi Center, fortaleza inexpugnable de unos Nuggets que consiguieron el mejor récord de la liga en casa durante la temporada regular con 34 triunfos y apenas 7 derrotas. La jerarquía de los Spurs, así como la inexperiencia de Denver, y la pizarra de Popovich pueden ser factores decisivos en favor de los texanos que acarician otro milagro.

El campeón, en jaque

Mientras el Este ya tiene definidos sus dos cruces de semifinales entre Milwaukee Bucks-Boston Celtics y Toronto Raptors-Philadelphia 76ers, el Oeste espera por la definición del cruce entre San Antonio-Denver y el duelo entre Golden State Warriors-Los Angeles Clippers. Los actuales bicampeones, que se han mostrado irregulares y vulnerables como nunca antes, cayeron por segunda oportunidad en el último encuentro, en el Oracle Arena, en una serie en la que el combinado de Steve Kerr se impone por 3-2.

Este viernes, Golden State visitará al Staples Center en busca de un triunfo que entierre a los fantasmas inesperados de unos Clippers que, sin una gran estrella, sueñan gracias a su funcionamiento colectivo y el talento de Lou Williams, firme candidato a mejor sexto hombre de la liga por segundo año consecutivo y principal argumento ofensivo de la franquicia angelina. El ganador de la serie enfrentará a Houston Rockets en semifinales.