Los boxeadores argentinos, con una fe de película: “Todos tenemos un Rocky Balboa adentro”

RIO DE JANEIRO.- El Beto Palmetta no le huye a la pedagogía en el boxeo. Un medio de prensa le pide que enseñe qué es un uppercut o un cross de derecha y él responde utilizando a Alberto Melián como sparring. Mientras que el barbado de Beccar explica los golpes frente a las cámaras, Leandro Blanc evalúa y toma nota con un guiño cómplice. Son tres de los seis boxeadores argentinos -junto con Fernando Martínez, Yamil Peralta e Ignacio Perrín- que intentarán honrar a este deporte, el que más medallas le ha dado a la Argentina en la historia de los Juegos Olímpicos.

El sorteo, el bendito sorteo de este jueves, una tómbola que parece determinar sus destinos en la competencia en función de los rivales. De eso hablan insistentemente: “Estamos pendiente del cuadro -reconoce Blanc-. Si alguno de nosotros queda 'bye' y pasa de ronda directamente sería buenísimo, arrancaríamos de la mejor manera. Pero si no, vamos a meterles fichas a todos”, anuncia el entrerriano de Concordia, categoría hasta 49 kilos.

Es lógico: la ilusión de subirse a un podio abarca al sexteto. O eventualmente, “dejar bien representado a la Argentina”, un repetido slogan. Sin embargo, la charla deriva pronto a las películas de boxeo, aquellas que apelan al fragor y a la emoción para atrapar a los cinéfilos durante 90 minutos. “Todos tenemos un Rocky Balboa adentro, por ese corazón indomable”, jura Palmetta. Pero... ¿cuánto hay de verdad o de mentira en el desempeño de los actores sobre el ring? “Nooo, es todo una fantasía: que el árbitro no le cuente al boxeador cuando está tirado sobre la lona o que deje que el oponente lo mate, ¡eso no existe! Pero las películas te dejan un mensaje para la vida, sirven para las enseñanzas. Yo las tomo de esa manera, no para sacar un aprendizaje técnico de las escenas”, explica el ejemplar de la categoría hasta 69 kilos, medalla de bronce en los Panamericanos 2015. Melián no es de zambullirse tanto en la pantalla y busca un equilibrio: “Por supuesto que vi muchos films y me siento un toque identificado con los actores, pero tampoco soy un loco de las películas. Sí voy a ver en vivo a amigos míos en los festivales y miro las peleas televisadas de los profesionales. Igual hay que manejarlo, porque estoy toda la semana metido en un gimnasio, dando y recibiendo golpes, y los fines de semana lo único que quiero es descansar; nada de boxeo”.

Blanc nunca se vio conmovido por los héroes del celuloide, incluso tampoco por profesionales extranjeros que repartieron puñetazos en serio arriba del cuadrilátero. En cambio, sí es un admirador de exponentes nacionales. “Me encanta ver videos de Omar Narváez y el Cotón Reveco, que son de mi categoría, los repaso para aprender y trasladar parte de su técnica al ring”, apunta este amateur de 23 años y 1,56 kilos.

Todos los boxeadores están ubicados en el piso 13 de la Villa Olímpica, pegados al consultorio médico. Leones enjaulados que encontraron buena onda con los futbolistas dirigidos por el Vasco Olarticoechea. A Palmetta le brotan los chistes naturalmente: “Sí, estamos solos, así que si sabés de alguna chica a la que le hagan una nota y quiera sumarse...”, y estalla en una carcajada para que no se lo tome en serio. Melián, el más reflexivo, vuelve al tema de los ídolos: “Nombraría a mi viejo Jorge Alberto, welter junior, que fue mi referente de vida y lo admiré por un montón de cosas que hizo. Pudo haber sido un gran campeón, pero no tuvo las posibilidades económicas ni el apoyo de nadie. Me quedo con un consejo de él: 'Esto es como el colegio, si vos estudiás te va a ir bien. Si te entrenás, vas a ganar', me decía”. Pero además, el púgil de Villa Dolores (Córdoba), categoría hasta 56 kilos, recuerda un detalle de Pablo Chacón: “Estuvo incorporado en nuestro equipo de trabajo y nos pudo aconsejar. Es más: un día fuimos a su casa en Mendoza y nos mostró la medalla de bronce que ganó en los Juegos de Atlanta '96”.

Palmeta expande el abanico en cuanto a los modelos de su disciplina: “Elijo a Maravilla Martínez, por lo inteligente que era para plantear sus peleas, y después a Narváez, un zurdo muy lúcido de mente y con muchas aptitudes para combatir. ¿A nivel internacional? Roy Jones, Maywheater, Leonard, Muhhamad Ali...” Los tres se quitan los guantes y regresan hacia el piso 13 de la Villa. Momento de otro descanso, y de deshojar la margarita de un sorteo que los mantiene en vilo.

gs