Tyson Fury: “el rey del retiro” vuelve a escena ante un villano desconocido, de viejos combates sucios y malintencionados

Una de las informaciones ficticias y predilectas de las vertiginosas redacciones de noticias está centralizada en los supuestos retiros del ring de los ídolos del momento. Todo aquello que se formula como una presunción especulativa rápidamente se convierte en un impacto de gran difusión, pero carente del mínimo análisis sobre su veracidad o conveniencia. Es la ironía favorita utilizada por los mejores atletas de la actualidad para conmover a los dependientes de “primiciar” cualquier cosa. Y todo esto, afortunadamente, dura muy poco tiempo.

El gigante inglés Tyson Fury, de 2,06 metros y ágiles 120 kg, campeón mundial pesado (CMB) y quizás el boxeador más popular del momento, es un especialista en este tema. Tras sus logros mundialistas siempre vaticinó un: ¡Adiós a los guantes! Reflotó tristezas afectivas y cansancio del eco mediático. Así acaeció desde que destronó al ucraniano Wladimir Klitschko, el 28 de noviembre de 2015. Y lo reiteró cada vez que volvió a trepar al cuadrilátero. Sobre todo, la última vez, el 23 de abril último cuando noqueó en seis vueltas a su compatriota Dilliam Whyte, ante 94.000 espectadores en el estadio de Wembley. El primero en desmentirlo fue uno de sus promotores, Bob Arum. Y estuvo en lo cierto.

Fury volverá a combatir el 3 de diciembre venidero. Completará una trilogía de desafíos ante su sentido y clásico oponente británico Dereck Chisora, a quien venció por puntos y por knock-out técnico, en 2011 y 2014, por títulos europeos. Consumieron 22 rounds de combates sostenidos, sucios y malintencionados.

El match se llevará a cabo en plena disputa del Mundial de Qatar 2022. Desafiando todas las lógicas y en una cancha de fútbol muy ligada al pugilismo: Tottenham Hotspur. Allí, el ucraniano Olexsandr Usyk destronó al local Anthony Joshua, ante 68.000 espectadores el 25 de septiembre de 2021.

La segunda pelea Fury-Chisora

Chisora, de 38 años y una campaña irregular de 33 éxitos (23 KO) y 12 reveses, se caracteriza por su entrega y guapeza en el ring. Se inmola por ganar los cotejos arriesgando más de lo aconsejable. Pese a ello, exhibe un “prontuario” que intercala sanciones con aventuras deportivas. A saber: multado y suspendido cuatro meses por morder la oreja de su rival Paul Buttlin (2009); repitió estas sanciones por abofetear en una gira promocional a Vitali Kitschko, previo a su match con su hermano Wladimir (2012). Aprehendido por golpear a mansalva a integrantes del equipo del búlgaro Kubrat Pulev, en la conferencia de prensa (2016), y obligado a pagar a 30.000 libras inglesas por arrojarle una mesa a su oponente Dilliam Whyte, en plena revisación médica (2016). La Comisión Británica de Boxeo le advirtió severamente que agotó todos sus créditos y ante un próximo contratiempo perderá su licencia de boxeador profesional. ¿Llegará pleno y libre al 3 de diciembre?

El ámbito deportivo esperaba el pleito de unificación ante Usyk, titular (AMB-FIB-OMB). Sin embargo, más allá de su valía pugilística, no desata todavía un encanto competitivo que subyugue a las masas. Y por eso se dilata.

Sus grandes peleas con Deontay Wilder, sus definiciones fulminantes y su récord de 32 éxitos (23 KO) y un empate elevan a Fury a lo máximo. A sus 32 años, encontró un oponente atractivo en su camino y en su vida. Volverá al barro y a la carroña de la pelea pura, utensilios esenciales de Chisora para sobrevivir en un medio que jamás se lo pudo sacar de encima.

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