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Hasta no hace mucho tiempo Boca era un manojo de dudas, un equipo irregular que no mostraba un buen juego ni tampoco rebeldía. Tras la eliminación de la Copa Libertadores, sin un certamen que oficiase de elemento de seducción, ya que ganó este año el campeonato doméstico en la Copa de la Liga Profesional y la Copa Argentina en 2021, estaba alicaído. Así, el escenario se presentaba para que el xeneize concluya el calendario sin pena ni gloria. Pero se levantó y en octubre podría festejar tres títulos -Liga Profesional 2022, Copa Argentina 2022 y Trofeo de Campeones 2022-. Grandes responsables de la levantada son los juveniles, sobre todo Luca Langoni.
El delantero de 20 años fue el que despertó al pueblo boquense de un cachetazo en la victoria 2 a 1 sobre el líder Atlético Tucumán. Esa noche, en una Bombonera caliente, ingresó y rompió el juego con los dos goles del triunfo. Desde entonces, su rendimiento creció exponencialmente y se convirtió en el as de aspadas para Hugo Ibarra porque, por ejemplo, anotó el 1 a 0 en Mendoza contra Godoy Cruz en un duelo clave para las aspiraciones de su equipo en la Liga Profesional, donde actualmente es escolta con 39 unidades, dos menos que el Decano.