Elia Viviani, el ciclista que pasó de llorar desconsoladamente por una derrota a la algarabía en el Tour de France

En marzo de 2018, el italiano Elia Viviani aceleró fuerte apenas tuvo ruta libre en el sprint final de la Gante-Wevelgem, en Bélgica, y cruzó la meta segundo detrás del eslovaco Peter Sagan. Enseguida, Viviani comenzó a golpear repetidamente el manubrio de su bicicleta durante varios metros y cuando se bajó de ella se sentó en la calle, se abrazó a sus piernas y se largó a llorar, desconsoladamente.

El llanto el año pasado

Aquella tarde, un error de cálculo lo dejó masticando bronca. Pasó al francés Arnaud Demare por la derecha y aunque voló en los tramos finales, no pudo alcanzar a Sagan, que se había filtrado del otro lado del pelotón. La prueba se le escapó y no resistió la frustración.

Este martes, Viviani tuvo su mayor alegría en el Tour de France, al atrapar la cuarta etapa, los 213,5 km entre Reims y Nancy, al término de la cual Julian Alaphilippe, su compañero del Deceuninck-Quick Step, siguió con el maillot amarillo. Ambos se abrazaron afectuosamente luego de que el equipo consiguió su segunda victoria consecutiva.

Viviani remontó al noruego Alexander Kristoff y lo dejó segundo, en un desenlace en el que también estuvo involucrado Sagan, finalmente cuarto, detrás del australiano Caleb Ewan.

El triunfo en la cuarta etapa

Campeón olímpico en pista, en la categoría ómnium en los Juegos Olímpicos de Río 2016, Viviani, de 30 años, ya había sumado etapas en el Giro de Italia y en la Vuelta a España. Pero no había triunfado antes en el Tour, donde debutó en 2014. Y el suyo resulta el primer éxito parcial de un italiano en el Tour desde la victoria de Fabio Aru en 2017 en La Planche des Belles Filles.

Por su parte, Alaphilippe no tuvo una jornada complicada e incluso se puso al frente del pelotón cuando se pasó por la pancarta del último kilómetro para ayudar a su formación, antes de que el danés Michael Morkov y el argentino Maximiliano Richeze lanzaran al éxito a Viviani.