Comienza el Top 12 de la URBA y Manuel Montero ya apunta a Japón 2019

Castigado por una seguidilla infame de lesiones, Manuel Montero volvió al lugar donde mejor se siente: Pucará, el club en el que se formó como jugador, pero en el que casi no había jugado en la primera. Regresó en la segunda mitad del año pasado y fue uno de los baluartes para que el Rojo alcanzara una semifinal. Pantera está de vuelta para este nuevo Top 12, esta vez desde el inicio, y con dos objetivos: superar con Pucará lo hecho en 2017 y regresar a los Pumas, con el Mundial Japón 2019 como gran meta.

Montero y su equipo iniciarán esta tarde otra aventura en el estreno del torneo de la URBA, con miras a levantar la Copa DirecTV en la final, el 24 de noviembre. Serán protagonistas de uno de los partidos más atractivos de la jornada, ya que a las 15.30 visitarán en La Plata a San Luis, el conjunto de mejor rendimiento en la etapa inicial del Nacional de Clubes.

Montero es uno de los preferidos del seleccionador argentino, Daniel Hourcade, que lo tiene en la mira para la ventana de junio, en la que los Pumas recibirán a Gales (dos veces) y Escocia (una). Tanto que el back hasta podría postergar el regreso de Juan Imhoff y le permitiría reforzar puestos en los que hay más urgencias, en razón también de la altísima competitividad que hay entre los wings de Jaguares, conjunto en el que se lucen casi indistintamente Emiliano Boffelli, Ramiro Moyano, Bautista Delguy y Sebastián Cancelliere.

Pantera, de 26 años, se perdió el Mundial Inglaterra 2015 por una rotura de ligamentos cruzados de rodilla, sufrida en junio de ese año. En 2016, a poco de regresar con la camiseta de Jaguares padeció un desgarro y alcanzó a jugar apenas seis partidos del Súper Rugby. En los Pumas protagonizó cinco tests hasta que ante Sudáfrica, en Salta, se resintió la rodilla operada.

La recuperación fue lenta y plagada de contratiempos. En 2017 jugó un solo partido para Jaguares y otro para los Pumas, ante Australia en Canberra, donde se lo notó fuera de ritmo. Entonces, decidió volver a Pucará para recuperar su mejor forma, rodeado por sus afectos y lejos de las presiones.

Pero Montero es de esos backs que escasean en el rugby argentino: con 1,94 metros y 100 kilos, su sola presencia intimida a los rivales. En buena forma, sería de gran utilidad en el rugby físico actual.

Es un producto más de la inagotable escuela de backs de Pucará. Esta tarde actuará como fullback en una línea que incluye otros jugadores de pasado reciente en distintos seleccionados: Julián Domínguez, Joaquín Paz, Tomás Buckley y Lucas Mensa. Temible. Por ahora, Montero piensa solamente en San Luis.

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