Copa Libertadores. Con dos goles de cabeza, Talleres y Colón igualaron el partido de ida por los octavos de final y la serie quedó abierta

En el sector de la llave de la Copa Libertadores que se parece a la Copa Argentina, porque la conforman cuatro clubes nacionales y eso asegura un semifinalista de nuestro país, Talleres y Colón no se sacaron ventajas en el partido de ida de los octavos de final del principal torneo sudamericano. En el estadio Mario Alberto Kempes, este miércoles empataron 1-1 y la serie quedó abierta de cara al miércoles próximo. La revancha, dentro de una semana, será en el Cementerio de los Elefantes para definir el pasaje a cuartos frente al ganador del duelo entre Vélez y River.

Para los arqueros, enseguida quedó claro que no iba a ser un juego tranquilo. Ignacio Chicco, un jugador formado en Talleres que ataja en Colón, tuvo dos llamados de atención en los primeros tres minutos, en forma de lanzamientos cruzados a los que debió anticiparse. Primero, con un despeje; luego, controlando la pelota justo antes de que el uruguayo Michael Santos se la lleve. Guido Herrera, que transita su segunda etapa en el club cordobés, estuvo alerta para salir a desactivar una situación de peligro cuando Ramón Ábila presionó en la salida y encaró el área en solitario, pero controló larga la pelota. La Araña llegó antes que Wanchope, como para darles calma a los hinchas.

El resumen de Talleres - Colón

A las bajas que tiene el equipo, entre ellas la de Diego Valoyes, al que buscan negociar, se sumó una preocupación temprano. A los 17, el portugués Pedro Caixinha debió reemplazar a su goleador, Santos, que sintió una molestia dos minutos antes, cuando tiró un taco adentro del área. Dolorido y frustrado por las lesiones que lo acechan, no pudo seguir y dejó su lugar a Federico Girotti.

El travesaño salvó a Colón a los 24, cuando un remate del recién ingresado se desvió en Godoy, cambió el rumbo de golpe y pegó en el horizontal, con Chicco ya sin chances de recuperarse. Los reflejos del arquero sí sirvieron para controlar la acción que se generó se generó a partir del rebote, con Matías Godoy llegando de frente al arco. Los santafesinos respondieron con un ataque en el que Santiago Pierotti, apareciendo por sorpresa, quedó habilitado y mano a mano con Herrera, que puso la cara para salvar a su equipo, antes de reclamar por la posición de Ábila cuando picó a buscar el pase largo. También probó desde lejos, con una resolución cruzada de Eric Meza, adelantándose por la derecha. Se fue junto al palo, cerca.

El comienzo de la segunda etapa siguió ofreciendo emociones de ambos lados. Talleres tenía más elaboración, y Colón, los cubiertos preparados para el contraataque. En la primera llegada del sabalero, Pierotti llegó a definir, aunque en posición adelantada, luego de que Herrera tapara un fuerte disparo de Juan Pablo Álvarez y diera rebote. El VAR avaló al asistente. En el otro arco, Christian Oliva resolvió apenas desviado en otro intento desde lejos.

Apenas ingresó, “El Pulga” Rodríguez dejó su huella. En la primera que tocó, transformó un tiro libre en un pase largo a la cabeza de Ábila, que no perdonó y dejó sin posibilidades a Herrera. Insaciable, Wanchope ganó la posición y festejó el 1-0. A media hora del final, Colón se puso en ventaja y a Talleres comenzó a apremiarlo el reloj. Las buenas intenciones no alcanzaban.

El gol de Ábila para Colón (1-0)

Al Matador le faltaba acertar con la puntada final. Díaz inventó una jugada por izquierda, su remate se desvió y Alan Franco no llegó a empujarla abajo del arco. Casi un milagro. Por los laterales generaba espacios el local y a partir de eso, las ilusiones de igualarlo.

A cuatro del final, la conexión entre Díaz y Franco trajo buenas noticias para Talleres. El centro del lateral dejó al número 30 de frente al arco y el ecuatoriano no desperdició la posibilidad para conseguir el empate eligiendo el lugar con su cabezazo.

El gol de Franco para Talleres (1-1)

Aunque hubo otros cuatro minutos adicionados, no hubo margen para romper la igualdad y todo se definirá en los segundos 90 minutos que propone la serie entre los cordobeses, que nunca jugaron esta instancia, y los santafesinos, que quieren volver a estar entre los ocho mejores después de 24 años. Todo, dentro de un cruce de pronóstico tan atractivo como incierto.