¿Cuál es el proyecto de la AFA para desarmar el torneo Frankestein de 30 equipos?

Así como en 2015 la Primera División sufrió un ascenso masivo de diez equipos para conformar el torneo de 30 equipos, un Frankestein que fue la última herencia de la era Grondona, a partir de la próxima temporada la AFA trabaja en un proyecto para desarticular este campeonato y volver a un certamen de 20 equipos para iniciar la temporada 2019/20.

La idea es que, con la histórica y legendaria tabla de promedios, el torneo de elite del fútbol argentino tenga seis descensos y dos ascensos durante dos temporadas consecutivas para llevar a los 28 equipos que iniciarán la próxima temporada al número mágico de 20.

¿Por qué es necesario este proceso? El final del Fútbol para Todos y la apertura para venta de los derechos audiovisuales del torneo argentino puso al descubierto que los 30 equipos actuales son demasiados para lograr un producto atractivo e interesante para quienes ofertan. Por lo tanto, los nuevos oferentes pretenden un compromiso para reducir la cantidad de participantes en un tiempo prudencial, que serían dos temporadas.

¿Qué alcance tendrá esta medida? Además de los torneos de primera división, este proceso de reducción de equipos alcanzará también a la segunda división, el actual Nacional B, que deberá también mantener en 20 su número de participantes. Con el objetivo de mantener los ascensos, al igual que hacia Primera, entonces es probable que sólo los campeones de la Primera B y el Torneo Federal A asciendan de categoría en las próximas dos temporadas con cuatro a seis descensos en cada una de ellas.

¿Hubo presión de la FIFA y Conmebol para esta decisión? Los enviados, tanto de FIFA y Conmebol que formaron parte de las jornadas para la reforma del estatuto, sugirieron que para garantizar la viabilidad y rentabilidad del torneo argentino, ésta sería una buena medida. No hubo imposición pero sí una sugerencia desde el conocimiento del mercado televisivo del fútbol y sus necesidades. En este sentido, las empresas interesadas en reemplazar al Estado también entienden esta condición como indispensable para vender el producto fútbol argentino.

Este será un condicionamiento para el próximo presidente de la AFA, ya que estará marcado por este "trauma" organizativo que implica "desarmar el último Frankestein" que dejó como legado la gestión Julio Grondona.