Datos de la FIFA: cómo se jugó en Qatar 2022, la atajada de Dibu Martínez ante Francia y la importancia de la nueva posición en el campo de los arqueros

La FIFA introdujo una innovadora estructura de datos en Qatar 2022 que todavía extrae conclusiones del Mundial ganado por la Argentina. A seis meses de su inicio, el grupo de trabajo y analistas encabezado por Arsene Wenger publicó una serie de conclusiones sobre estilos de juego, aspectos tácticos y características únicas registradas en ese Mundial jugado en diciembre y presuntamente en invierno.

Los datos no son definiciones sobre cómo es ahora el fútbol moderno, sino una comparación entre Qatar 2022 y Rusia 2018. Algunas cuestiones pueden ser interpretadas como tendencias dentro de los propios Mundiales y al mismo tiempo del fútbol cotidiano de alta competencia. Una de los análisis firmados por Wenger habla de una nueva convivencia entre “jóvenes talentos y maestros experimentados”.

La Argentina ganó su tercera estrella con jugadores novatos y explosivos como Julián Alvarez y Enzo Fernández, en un Mundial donde estuvieron Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Dani Alves, Thiago Silva, Luka Modric y Pepe, todos competitivos y por encima de los 35 años. “Siento que en el juego moderno, los jugadores jóvenes están listos antes para actuar en el escenario más grande. Su educación futbolística comienza antes, están mejor preparados, tienen más oportunidades en algunas ligas, así que, en esta Copa del Mundo, hemos visto algunos jugadores jóvenes muy prometedores”, dijo Wenger. Con respecto a los veteranos comentó que los jugadores ahora reciben mayor preparación física y mejor atención médica y que “ninguna de las dos cosas sucedía hace 20 años”.

Con respecto al juego, Qatar 2022 fue el Mundial del éxito del bloque medio. Una postura que destaca que los equipos compactos, de espera intermedia, y que no presionaron alto tuvieron un 56 por ciento más de éxito que los otros.

Para entender esto hay que sumergirse en el lenguaje propio de la FIFA: “Un mid-block ocurre cuando un equipo que no tiene el balón conecta las líneas defensivas de su forma de equipo y mantiene una posición colectiva en el tercio medio (o medio y defensivo) del campo. El enfoque de un mid-block es ser compacto y estrecho colectivamente.”. Con diferentes características, los equipos que arribaron a semifinales tuvieron suceso en la conformación de ese bloque medio.

El FIFA Training Centre, encargado de publicar estos datos, ofreció más métricas: los centrodelanteros -en las diferentes variantes de un número “9″- convirtieron 58 goles contra 52 de Rusia 2018, a pesar de haber tenido globalmente un 15 por ciento menos de intentos de gol desde esa posición.

Los arqueros y las líneas defensivas entregaron otro dato interesante: una reducción de 1,5 metros de distancia en promedio entre el “1″ y los otros con respecto a Rusia 2018. La posición promedio de los arqueros cuando su equipo estaba en ataque fue de 3,6 metros más alto en el campo que en situaciones similares en 2018.

En promedio, los arqueros se ubicaron en Qatar 2022 a 13.1 metros de la línea del arco cuando esa posición en 2018 fue 11.8 metros. En una mirada global, los arqueros redujeron notablemente la distancia con su defensa: en Rusia 2018 el promedio fue de 21.4 metros y en 2022 de 20.4 metros.

¿Importa la precisión de estos datos? Imaginemos a Dibu Martinez parado un metro más atrás en la atajada de todos los tiempos y ahí estará la respuesta.

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