"El esfuerzo en Barcelona es el mismo que hago en la selección"
Messi recibió de la FIFA el galardón al mejor jugador del año; en 2010 va por su máximo desafío: ganar el Mundial de Sudáfrica; cómo vivió el momento en Zurich y su desahogo por las críticas en una charla con LA NACION; "Me siento muy argentino", dijo
ZURICH.- Después de una conferencia de prensa un tanto traumática en la zona mixta, un movimiento de brazos de Lionel Messi fue suficiente para poder ingresar allí donde sólo puede estar el personal de la FIFA. Messi se acercó a LA NACION y le mostró el premio. "Está bueno, ¿no? Sinceramente estoy muy feliz. El reconocimiento es muy lindo, y llega de parte del ambiente del fútbol, que realmente es lo que importa. Eso lo hace aún más importante. El hecho de ser el primer argentino que lo consigue también es un gran honor. ¿No es así?" Más allá del año "perfecto" de su carrera, se descifra en sus expresiones que tiene algo más que decir.
-¿Estás molesto por las críticas que recibiste durante el año jugando para el seleccionado?
-Puede ser.
-¿Sí o no?
-Hablemos de cosas lindas, dale.
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La Gala 2009 del FIFA World Player se transformó en una caja de resonancia para los aplausos del planeta fútbol. La inmensidad del Kongresshaus Zürich quedó reducida a la pequeñez de su figura. Acostumbrado a los premios, una vez más volvió a sorprenderse. No podía creer lo que estaba viviendo. En realidad, lo que está pasando con su carrera, con su vida. Lo superaba una marea de aplausos de pie, lo rodeaban cámaras y periodistas de todo el planeta. Tras varios años de merodear los primeros puestos de los lugares de privilegio, no quedan dudas: Lionel Messi es el nuevo rey del fútbol mundial. Un hecho histórico: nunca un argentino pudo lograrlo. Si, él es el mejor de todos elegido por las personalidades más destacadas de este deporte y a los 22 años parece condenado al éxito.
Michel Platini es el hombre elegido para dar a conocer el nombre más esperado de una ceremonia de una hora y veinte minutos y que duró exactamente eso. Los ojos pequeños y vivaces de Messi cada vez se agrandaban más; se abrían y cerraban más rápido. Se arreglaba el cabello, sonreía para un lado y para el otro. Se acomodaba la corbata azul y pellizcaba el pantalón. A las 21 en punto, la imagen de chico desalineado que da Platini, con el cuello de la camisa desarreglado y la corbata sin abrochar, abrió el sobre. Messi esperó encorvado, con el brazo izquierdo apoyado en una pierna, en el cuarto asiento de la segunda fila. "Lionel Messi", se escuchó en francés. Xavi y Kaká, que estaban a su lado, lo tomaron del hombro por igual y lo sacudieron.
El nuevo N° 1, emperador o rey del mundo del fútbol, como lo llaman ahora los principales medios del planeta, subió a ese escenario ambientado como una nave espacial por segunda vez; antes había sido elegido en el equipo ideal de la FIFA. Fue después de un día vertiginoso, luego de un viaje relámpago desde Kuwait y de cumplir con la conferencia de prensa previa a la Gala con el resto de los candidatos. Pasaron dos días de la final en la que se coronó emperador en Medio Oriente, luego del triunfo sobre Estudiantes por el Mundial de Clubes con su gol de pecho y, en un lunes mucho más suave en cuanto a la temperatura, todos hablan de Lionel Messi. Y todos quieren hablar con él.
Cuando acabó el protocolo oficial de la FIFA, el presidente de la AFA, Julio Grondona, lo recibió con el premio con los brazos abiertos. Algo le dijo en el oído. A la distancia es imposible descifrarlo. También se acercó el mandamás suizo Joseph Blatter y lo abrazó. Lo siguió la gloria alemana Franz Beckenbauer. Ni hablar Joan Laporta, el presidente de Barcelona que lo trata como a un niño mimado al que se le complacen todos los gustos. La palabra más repetida es "superestrella". Lo que sucedió ayer confirma que la vida del pibe que emigró con su talento a tierra catalana con 13 años se empecinó en ese rumbo. Este joven de 22 años es capaz de provocar el revuelo propio de los fuera de serie y de generar a su alrededor movimientos de los que muy pocos son capaces.
La charla con LA NACION se interrumpe por la presencia de un inoportuno hombre de la FIFA que le dice a Messi que debe acompañarlo para guardar el trofeo que tiene en sus manos. Se va, pero hace señas para un segundo encuentro en el final de las escaleras que terminan en el restaurant Braserie, donde lo espera su papá Jorge para emprender un rápido regreso a Barcelona en el avión privado que compartirá con Laporta y sus compañeros Xavi e Iniesta. Esos tres minutos que se postergó la conversación sirvieron para recordar algunas de las frases que concedió la Pulga al diario El País, de España. "Me da bronca que digan que no siento la albiceleste. Nada me jode más que me digan que no soy argentino. ¡Qué saben de mis sentimientos! La vida me llevó a Barcelona. De chico, sólo soñé con jugar en primera en la Argentina, en ponerme la albiceleste. Nada me da más ilusión. Pienso como argentino y vivo en Cataluña, pero me siento muy argentino. Para uno es difícil hablar de los sentimientos. Así que, ¿cómo van a venir a decirme qué siento? No me importa que me digan el catalán, pero me da bronca que piensen que no soy argentino", se publicó en el diario español.
No es sencillo tener unos minutos con la gran figura del fútbol mundial, pero finalmente una chance más aparece antes de que llegue el vehículo que lo trasladará al aeropuerto. El diálogo continúa unos minutos y es el primer contacto con la prensa argentina desde que recibió el premio.
-¿Te pusiste a pensar por qué se evalúa diferente tu rendimiento en un lado y en el otro?
-El esfuerzo en Barcelona es el mismo que hago en la selección. Lo que pasa es que en las eliminatorias los partidos se hicieron difíciles, nada más. Ahora que nos clasificamos vamos a jugar más tranquilos.
-¿Uno de los deseos para 2010 va a estar relacionado con el seleccionado?
-El Mundial puede resultar diferente para nosotros y pienso en positivo. Espero lo mejor para mí y para el equipo. Lo importante es que ahora tenemos tiempo para trabajar, cambiar muchas cosas y llegar a Sudáfrica de la mejor manera.
-¿Te vas a poner el Mundial como gran objetivo?
-Mi deseo es ganar con la selección argentina el próximo Mundial. Es uno de los objetivos. Y por el otro, tengo que defender todos los títulos ganados con el Barcelona. Soy tan argentino como del Barcelona. Pero no será sencillo repetir, ya que nadie lo hizo en la historia y ahora estamos ante la responsabilidad de conseguirlo por segundo año consecutivo.
-¿Estás ilusionado?
-Siempre. Todo esto que me toca vivir es consecuencia de un gran esfuerzo. Personal y de mi familia, que son los únicos que de verdad están siempre a mi lado.
Justo en ese momento recibió el llamado familiar para emprender el regreso a Barcelona. No hay más tiempo para las preguntas y muchas cosas han quedado abiertas. De Messi dice Pep Guardiola, su entrenador, que juega mejor si es feliz. Debió ser en gran medida por lo hecho en Barcelona durante este 2009 que le ha dado 18 premios y que fueron a parar todos a la vitrina de mamá Celia. Ahora el deseo para lo que viene es que con la camiseta del seleccionado, donde todo se le hace cuesta arriba, también comiencen a disfrutarlo. Al fin de cuentas, el propio jugador lo confirma: "Quiero tanto a la Argentina como a Barcelona".
12 campeonatos ganó en su carrera; diez en Barcelona y dos en la selección (Mundial Sub 20 de Holanda en 2005 y los Juegos Olímpicos de Pekín 2008).
- Drogba, Rooney e Ibrahimovic, según Maradona
Como DT de la Argentina, Diego Maradona no pudo votar a Messi y eligió al marfileño Didier Drogba, al inglés Wayne Rooney y al sueco Zlatan Ibrahimovic, en ese orden, como hombres más destacados de 2009. Llamó la atención que Dunga y Lucio, DT y capitán de Brasil, no votaran a Messi, que obtuvo 1073 puntos, y superó con amplitud al portugués Cristiano Ronaldo, que consiguió 352 puntos.
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