El Lobo y Rinaudo, una historia de amor verdadero

LA PLATA.- "Es una lástima irme así? pero voy a volver", sentenció Rinaudo el 30 de junio de 2011, mientras se secaba las lágrimas. Con el descenso de Gimnasia consumado, Fito prometió regresar. Los detalles de una alianza signada por los sentimientos, que ayer sumó un nuevo capítulo: en su vuelta tras un semestre afuera de las canchas, convirtió un golazo y fue la figura en el triunfo 3-1 contra Quilmes.

Luego de aquella frase, ese juramento envuelto de tristeza, la historia de amor tuvo sus siguientes tres episodios a partir de 2015. En 365 días tomó tres decisiones que sellaron el vínculo para siempre.

En julio de ese año volvió de Europa. Y no lo hizo para retirarse; nada de eso. Retornó en plenitud, a los 28 años y cuando tenía dos opciones tentadoras: seguir en el Viejo Continente o volver a la Argentina, pero para jugar en uno de los cinco grandes. Rinaudo ni lo dudó: eligió su casa. Unos meses más tarde lo sedujo Boca. La oferta fue tan tentadora que Fito titubeó. Sin embargo, cuando todo parecía acordado, el volante central expresó: "Boca te mueve el piso, pero me quedo en Gimnasia".

La última demostración de amor fue en julio pasado. La lógica indicaba que volvía a Catania, aunque Rinaudo se guió por su corazón. Otra vez resignó millones. Otra vez optó por el Lobo.

Ayer, en su reencuentro tras una fractura por estrés, agigantó su figura. Luego del tanto de Licht de penal (la falta había sido afuera), el mediocampista obsequió un golazo de larga distancia y -de ahí en adelante- el local dominó las acciones con autoridad. El descuento de Da Campo no cambió el panorama porque, enseguida, Matos estampó el 3-1. Así, la historia de amor entre Rinaudo y el Lobo encontró un nuevo capítulo de felicidad plena.