En el arranque del torneo, las lesiones tuvieron un sombrío protagonismo

Un comienzo de campeonato accidentado tuvo el fútbol argentino. Los partes médicos ensombrecieron a varios clubes, provocaron desazón en los cuerpos técnicos y, en la lista, Independiente es el que recibió la peor noticia, con la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha que sufrió Leandro Fernández. Al delantero, que en la victoria sobre Belgrano fue reemplazado por Martín Benítez, en el final del primer tiempo, la recuperación le demandará un mínimo de seis meses. En Córdoba, los Rojos vivieron un primer susto con Emiliano Rigoni, autor del gol del triunfo, que finalizado el partido fue trasladado al sanatorio Allende, debido a una conmoción cerebral, con pérdida de conocimiento, tras recibir un pelotazo en la cabeza.

También San Lorenzo fue víctima de los sobresaltos. Lo que parecía el peor escenario terminó siendo algo leve para Ezequiel Cerutti, que se retiró con un traumatismo en el tobillo derecho; los estudios desestimaron una lesión ósea o ligamentaria. Pero el DT Diego Aguirre tiene su cuota de preocupación con el desgarro, de 5 milímetros, en el bíceps crural, que opacó el regreso del zaguero Fabricio Coloccini.

El campeón Lanús tampoco logró escaparle a las lesiones y fue Lautaro Acosta, el autor del tanto del éxito sobre Boca, quien en la misma jugada del festejo se tomó la cara posterior del muslo derecho. El goleador fue reemplazado por el uruguayo Alejandro Silva.

La fórmula de ataque de Central no terminó el juego con Defensa y Justicia, aunque las dolencias revisten una gravedad menor a la de los casos anteriores: Marco Ruben ¿no disputó el segundo tiempo por dos golpes que le inflamaron los músculos abdominales oblicuos, lo que le imposibilitaba correr; Teo Gutiérrez ¿sintió una molestia en el isquiotibial derecho; en el debut, los rosarinos no contaron con Germán Herrera, con una contractura en el aductor izquierdo.