En Santa Fe nadie duerme si juegan Unión y Colón

SANTA FE.- Si usted no vive en esta capital quizá no tenga una dimensión correcta de lo que es un clásico Unión - Colón o Colón-Unión. Acá todo es rojinegro o rojiblanco. A tal punto llega la pasión que antes de cada clásico hay gente que se enferma, el día del partido otros apagan radios y televisores y algunos hasta se van de la ciudad, como si quisieran alejarse de una tentación. La Santa Fe futbolera de la que mucho se habla vive estas horas como las más trascendentes de la historia individual y colectiva. ¿Por qué? Simplemente porque nada es igual después de un clásico. El resultado "marca" a unos y otros. Un resultado puede "salvar el año" para un club, lo que no es poco aunque el concepto revele cierta mediocridad. Imagínese todo lo que se "juegan" el domingo un tatengue y un sabalero.

Lamentablemente, tanta pasión suele resultar incontrolable. Y los desbordes generan violencia y la violencia no distingue entre buenos y malos. Por eso hubo en un mes varias campañas -con jugadores incluidos- para desdramatizar los efectos del clásico. ¿Sirve? Quizá justifique el intento de seguir haciendo algo para evitar la desenfrenada violencia. De Colón y Unión hay en toda la ciudad -y en muchas del interior, y hasta en muchas otras provincias-. Por eso una derrota duele, una victoria agranda y un empate se considera un buen resultado cuando se juega de visitante. "Si pierde Unión a mí no me vas a ver el lunes siguiente en la oficina. No les voy a dar el gusto a los que están esperando la cargada, el hostigamiento de todo el día", admite Carlos, de 28 años, empleado de una empresa de servicios públicos. Aunque sobre la marcha dispara: "Pero este clásico no se nos escapa. Va a servir para darle un empujoncito a Colón en su camino a la B Nacional", se jacta. Nada parecido piensa Héctor, en otra sección: "Hoy vamos al clásico de punto porque Colón tiene poco. Pero si ganamos, nos recuperaremos de un mal año, aunque después nos vayamos al descenso. En 2013 ellos ganaron (1-0, gol de Lizio, de penal), nos cargaron pero ya estaban descendidos. Si los jugadores ponen lo que hay que poner en esta clase de partidos, vamos a ganar. Depende de ellos. La tribuna ya se lo hizo saber: "Jugadores, jugadores//no se lo decimos más//si el domingo no ganamos//qué quilombro se va a armar") en la derrota del sábado pasado 0-1 ante Belgrano.

Que no haya hinchas visitantes en el clásico es un alivio para las fuerzas de seguridad. Los 750 hombres destinados exclusivamente al operativo cerrarán los accesos al estadio de Unión -colmado por 25 mil simpatizantes- varias horas antes, tarea de control que se extenderá a otros puntos clave de reuniones de hinchas, como las costaneras Este y Oeste, los bulevares Pellegrini y Gálvez, tradicionales puntos de encuentro para cualquier festejo. Dadas las amenazas recibidas por los dirigentes de Colón por el mal momento deportivo, pero también por el institucional (está administrado judicialmente ya que enfrenta un concurso preventivo de acreedores) habrá discreta custodia en las viviendas de dirigentes y en el hotel donde concentra el plantel sabalero, a la vera de la autopista Santa Fe-Rosario.

Seguramente, la pasión se desplegará mañana en banderas, bocinazos, bombas de estruendo y otras alegorías más. Ojalá sea otra fiesta, donde los violentos se queden a dormir la siesta y donde los bienintencionados confirmen que también son buenas personas. Es por el fútbol. Es por Santa Fe. No deben olvidarse que los están mirando de todos lados