Independiente mantuvo la racha y le ganó a Temperley

Si el estilo era lo que estaba bajo la lupa, rápidamente se advierte que no está tan lejos de la historia de Independiente. Si había alguna duda sobre la rentabilidad de la nueva filosofía de los Rojos, en apenas dos jornadas, la propuesta de Mauricio Pellegrino aniquiló las dudas. El equipo de Avellaneda encadenó dos éxitos consecutivos y la victoria de esta noche, ante Temperley, le dejó muy buenas sensaciones, más allá de que la cima del torneo todavía le quede lejos. Pero son buenas señales, tanto que por primera vez en el torneo logró encadenar dos victorias consecutivas.

Desde las intenciones está claro que Independiente sabe qué quiere, aunque le cuesta terminar lo que insinúa. Por la diferencia de jerarquías, la sensación de esta noche fue que el conjunto de Avellaneda consiguió menos de lo que su potencial supone. Si bien el resultado que obtuvo fue favorable, le faltó ser claro en los metros finales. Aunque claro, encontró algo en este proceso que antes no tenía: balance en sus líneas.

Desde los nombres, se puede comprender que las obligaciones estaban concentradas en el equipo de Pellegrino y las asumió. Y ante Temperley, uno de esos jeroglíficos complejos de resolver. El manejo de Pisano, de Benítez y la potencia de Albertengo no le alcanzó para desatar con facilidad el resultado. No pudo quebrar fácilmente la resistencia de un conjunto local que tiene como estandarte de su bloque defensivo al experimentado Gastón Aguirre.

Ya demostró este equipo de Ricardo Rezza, incluso ante River y Boca, que tiene una alta dosis de solidaridad en su propuesta y que cuando puede tener la pelota no se entretiene en la tenencia y busca ser profundo con la velocidad de Esparza y de Sambueza. Independiente logró neutralizar a estos jugadores, no sufrió demasiado, pero le faltó justeza para marcar más diferencia.

Por el propio peso de su nivel individual, los Rojos llegaron al gol. La precisión de Benítez para enviar un centro y la buena lectura del área de Albertengo para encontrar el espacio para cabecear en soledad, hicieron que se derrumbe tanto trabajo de Temperley. En el final se quedó un poco más de la cuenta este Independiente que, de la mano de Pellegrino, luce recargado.

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