Los motivos del despido de Sava: por qué a los dirigentes nunca los convenció como DT de Racing

La salida de Facundo Sava de Racing puede sorprender por el momento, tras el primer partido de la temporada y a diez días de que arranque el campeonato. Pero no llama la atención que la dirigencia de la Academia haya decidido echar al Colorado porque nunca lo quisieron y nunca les terminó de cerrar su trabajo. El viernes 27 de mayo, cinco días después de que Diego Milito se despidiera del fútbol ante un Cilindro colmado, Sava y la Comisión Directiva se reunieron en Puerto Madero para definir la continuidad del entrenador. Veinticuatro horas antes, el presidente Víctor Blanco había declarado públicamente que no estaba conforme con el trabajo del entrenador en sus primeros seis meses. Desde muchos medios se anunció que Sava, tras esa reunión, dejaría de ser el DT. Pero tras una charla fuerte, sumado a la insistencia –pública y privada– de Milito para que le den continuidad al proyecto del técnico, más el apoyo del plantel, Sava se aferró al banco de suplentes. Duró sólo un partido más: la derrota por la Copa Bicentenario, en el último minuto, ante Lanús (1-0), el mejor equipo del fútbol argentino.

Ni siquiera cuando lo fueron a buscar los dirigentes estaban convencidos de que Sava sea un buen entrenador para Racing. Tras la salida de Diego Cocca , la primera opción fue Guillermo Barros Schelotto . El actual técnico de Boca pedía un dinero que Blanco no estaba dispuesto a gastar. Por eso Sava, ídolo como jugador y con un gran presente como entrenador de Quilmes en ese momento, parecía la única alternativa. Pero al presidente no terminaba de seducirlo y tampoco quería pagarle la rescisión al club cervecero. Ante la falta de opciones, apostaron por el Colorado.

El técnico no sólo debió lidiar con los malos humores dirigenciales. También heredó la pesada mochila del ciclo de Cocca, de los más exitosos en la historia del club, y debió afrontar un semestre cargado de partidos clave, que arrancó con el repechaje por la Libertadores 2016 ante Puebla. En medio de esa seguidilla de juegos, Sava apostó de entrada por la rotación. Con un equipo lleno de suplentes, el 17 de febrero, la Academia cayó 5 a 0 con Newell’s en Rosario. Ese día, en el vestuario del Parque de la Independencia, se terminó de romper la relación entre el entrenador y los dirigentes de Racing.

El detonante fue la derrota del domingo pasado contra Lanús, en la Copa Bicentenario. Algunos dirigentes importantes cuestionaron a Sava por no haber hecho más cambios y no se fueron conformes con el rendimiento del equipo. El Colorado mordió su bronca por el mal estado del campo de juego a tres meses del último partido en el Cilindro y por no tener habilitado a Santiago Rosales, uno de los refuerzos que más lo seducían y que ya llevaba 20 días entrenando en el club. Fue el último cortocircuito entre el entrenador y esta dirigencia, que decidió echarlo tras una pretemporada de las más largas que se recuerden y de que hayan arribado seis refuerzos que llegaron con el visto bueno del DT.

nz/cl