Portugal expuso todos los defectos de la Argentina

RÍO DE JANEIRO.- "Estamos tristes, pero no vencidos". El mensaje que partió desde el vestuario argentino fue concreto: se perdió contra un duro rival, no se aprovecharon las ocasiones en ofensiva y se falló en la generación de juego, pero muy pronto habrá revancha. La derrota ante Portugal por 2-0, en el primer partido del Grupo D de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, pareció ser una continuidad de varios pasajes de la gira previa por los Estados Unidos y México. El rival expuso los defectos, tanto en la defensa como en el ataque, y la Argentina no logró capitalizar sus pocas virtudes. Con mayor acento en las cuestiones a solucionar.

Tras sufrir en el inicio del encuentro, la selección olímpica quedó mejor parada en el cierre de la primera etapa y hasta tuvo, en los pies de Jonathan Calleri, la chance de cambiar el destino del partido en el inicio del segundo tiempo. Pero en un maridaje de impericia y mala fortuna, hasta sus puntos altos fallaron en momentos clave. Así quedó señalado Gerónimo Rulli, que pasó de sostener el cero con buenas intervenciones a cometer un blooper que sentenció el partido. "Entró llorando en el vestuario, pero sabemos que los arqueros pueden pasar por estas situaciones y él se va a levantar rápido", confiaron desde el cuerpo técnico. Al arquero de Real Sociedad se le escurrió de las manos un disparo sin peligro de Pite, que le puso cifras definitivas a la derrota.

"Sabíamos que iba a ser un partido así. Portugal es un rival compacto y agresivo. Es un equipo intenso. Nos complicaron bastante en los primeros minutos, después emparejamos. Pero siempre lo hicimos con poco juego. Nos faltó juego y encima Ángel Correa, responsable de esa faceta, se mostró impreciso", se lamentó Olarticoechea. Remarcando la deuda en la generación de fútbol y en la conexión con Calleri. Situación que le abre las puertas del equipo a Cristian Pavón, anticipadamente confirmado en el once titular del próximo domingo ante Argelia. Otros que podrían ganar terreno son Giovanni Lo Celso y Lucas Romero.

En un estadio Olímpico en el que la Argentina se sintió visitante desde el momento de los himnos hasta el silbatazo final, la idea de incluir a José Luis Gómez en el medio campo para equiparar fuerzas con los portugueses e ir al golpe por golpe duró 63 minutos. Tiempo en el que el futbolista de Lanús ratificó su buen presente, con anticipaciones y desbordes, pero que lo dejó sin resto físico. Por eso, la necesidad de meter a Pavón por Lisandro Magallán. Aunque esa modificación quebró el partido: a los dos minutos llegó el tanto de Paciencia y después siguieron los embates ofensivos de los europeos. Hasta que cuando faltaban seis minutos llegó el error menos esperado, el de un Rulli, que hasta el primer tanto parecía inquebrantable. Después, no salió ni una chilena de Giovanni Simeone, con el arquero rival vencido.

Portugal, sin nombres de peso, jugó de memoria y mostró mayor intensidad. Puso sobre la mesa las cartas del subcampeonato europeo Sub 21 y el ánimo de los campeones en mayores, aunque hayan cambiado los intérpretes. Así, desarticuló cualquier idea previa de Olarticoechea, que reconoció su paso en falso cuando volcó el equipo en ofensiva y desarmó su tan mentado equilibrio. "Al ir perdiendo hice cambios ofensivos y está claro que cuando se arriesgó, el equipo se partió. Había que arriesgarse y nos arriesgamos", destacó.

El estreno olímpico en Río de Janeiro terminó en una caída esperable desde lo futbolístico, pero no en las formas. Una derrota que le puso punto final a los invictos de Atenas 2004 y Pekín 2008. Pasaron 20 años y un día desde aquella final de Atlanta 1996 ante Nigeria, cuando el equipo dirigido por Daniel Passarella masticó bronca al tener que subirse al segundo escalón del podio. Ahora, esta selección Sub 23 tendrá que empezar a escribir su propia historia.ß