Saja atajó un penal y Racing apenas empató 0 a 0 con Belgrano en Avellaneda

Racing fue uno de los equipos que volvieron desmejorados tras el receso. Lo confirman los resultados, con apenas cuatro puntos sobre doce posibles desde que terminó la Copa América, pero también algunos rasgos de una seguridad que empieza a no ser la misma de antes. Si bien tuvo algunas posibilidades muy puntuales, con Belgrano terminó sacándola barata: Saja atajó un penal y los cordobeses estuvieron a punto de llevarse la victoria sobre el final, pese que jugaron la última media hora con un hombre menos por la expulsión de Prediger. Nadie reprocha nada porque la estela triunfal sigue distinguiéndose en Avellaneda, aunque la costumbre había puesto la exigencia en un punto alto de la escala que el bajón se hace notar.

Lo más llamativo es que la Academia mantuvo la base y le agregó un par de refuerzos interesantes, como Noir y Pavone, que ayer entraron en el segundo tiempo. El empate no sólo le dejó una sensación de hibridez, sino que cortó una serie de ocho victorias consecutivas en el Cilindro. Luego de la derrota por 1-0 con Rosario Central, por la primera fecha, Racing se fortificó como local y construyó buena parte de la campaña sobre esa condición.

Hoy, a diferencia de otros momentos, el conjunto dirigido por Cocca no está tan firme en la defensa y baja las revoluciones demasiado rápido en el medio campo. Arriba, sus cartas más importantes, Bou y Milito, se equivocan más de lo que aciertan y muchas veces se empecinan en esa jugada individual que les devuelva la confianza. Sobre todo Bou, que, en medio del remolino de potencia, parecen no alcanzarle los 100 metros del terreno y que ya lleva cuatro partidos sin goles (el último fue en el 3-1 con Vélez). Algo de eso pasó frente a Chiqui Pérez y Lema, dos centrales pesados, pero que saben cómo utilizar el cuerpo para ganar pelota y campo.

Antes, Camacho y Aued eran pistones incansables que casi siempre estaban en la posición correcta, pero ahora perdieron precisión y el conjunto lo siente demasiado. Eso sin contar a Videla, lesionado. El uruguayo Camacho entusiasmó con el comienzo: se desdobló en la recuperación y se hizo importante con los pases profundos y entre líneas. Claro que alcanzó con Belgrano hiciera pie, encontrara la marca y se adelantara unos metros para que aparecieron los inconvenientes celestes y blancos. Zielinski fue inteligente y cambió el desarrollo con una modificación posicional, ya que rotó a Farré con Parodi, y a partir de entonces creció el rendimiento de ambos.

Racing ya no se siente tan cómodo porque se da cuenta de que no siempre tiene el control de la situación. Belgrano fue mejor en muchos momentos y, si Márquez habría estado más preciso en el mano, lo más lógico habría sido la apertura de los visitantes. Lo bueno para la Academia es el creciente nivel de Cerro, que se asentó con el transcurrir de los minutos y que terminó cubriendo los espacios suyos y los de los demás. A la carrera, tuvo el gol, pero Olave alcanzó a desviar el violento tiro. De una corajeada del mismo Cerro, que recorrió casi tres cuartas partes del campo, nadie logró empujar el centro de Bou.

También hay algo diferente en los cambios de Racing. Antes eran más influyentes. Esta vez ni Noir ni Pavone le dieron la potencia esperada en la ofensiva. Para colmo de males, Noir, en un retroceso defensivo, le cometió un penal a Velázquez en lo que parecía ser el final de la Academia. Saja se agrandó contra Lema y adivinó el tiro cruzado del zaguero. Otro partido parecía nacer, mucho más cuando a los pocos segundos se fue expulsado Prediger, por doble amonestación. Ni el factor anímico pudo aprovechar el conjunto de Avellaneda, que pasó inmediatamente de la peor situación a un inmejorable panorama.

Belgrano es un equipo tan bien sincronizado que casi nunca dejó que se notara la diferencia numérica. Rigoni y Becchio tuvieron buena participación desde sus ingresos y casi consiguen el gol sobre el final. El descanso no le cayó del todo bien. Este Racing es el mismo de antes. Pero este Racing ya no juega como aquel campeón.

El penal atajado por Saja

tb