Racing: Gabriel Hauche, el Demonio que se transformó en especialista en hacerle goles tempraneros a Independiente

Racing ganó el clásico de Avellaneda como visitante por 2 a 1 y salió del Libertadores de América como puntero de la Zona 1 de la Copa de la Liga. Fue un triunfo que Racing empezó a construir en el inicio, con un gol tempranero de Gabriel Hauche, y que recién pudo resolver sobre el final, con el tanto de Enzo Copetti, cuando al reloj solo le faltaban cuatro minutos para llegar a los 90. La victoria ante el rival de toda la vida funciona como combustible para la confianza de la Academia, que vive un muy buen arranque de temporada en cuanto a resultados y juego.

“Cuando el jugador empieza a ver en el campo lo que hace en la semana te da confianza”, fue la explicación que dio el lesionado Gabriel Arias al cambio de cara que muestra el equipo de Fernando Gago en este inicio de 2022. Y eso fue lo que se notó desde que Patricio Loustau pitó el inicio del partido.

Como en los últimos cinco partidos, Racing salió con un libreto claro que pudo imponer desde el primer minuto. Rápido para recuperar lejos del arco propio, certero para juntar pases y manejar la pelota. Durante la primera mitad, el partido fue de Aníbal Moreno, Carlos Alcaraz y Leonel Miranda.

Lo mejor del partido

La ventaja, sin embargo, llegó casi por una casualidad, o un error defensivo del local. Tras un lateral de Gonzalo Piovi, Tomás Chancalay corrió 70 metros con la pelota. El mismo palo que en el pasado clásico de Avellaneda le volvió a negar el gol al entrerriano, que esta vez tuvo la suerte de que Gabriel Hauche defina para el 1 a 0. Iban menos de tres minutos.

El Demonio ya se volvió un especialista en goles tempraneros en partidos ante Independiente: en el Apertura 2011, marcó a los 52 segundos en un clásico que terminó 1 a 1 en el Cilindro; en el torneo de Verano 2014 inventó una chilena cuando recién iban 46 segundos de juego en Mar del Plata; ahora, en el Libertadores de América se dio el gusto de convertir a los dos minutos 50 segundos, para soltar un grito con el alma. Copetti, con tres clásicos, también parece volverse un experto en goles agónicos: el año pasado había convertido el polémico penal en el minuto 96 del clásico de la Copa de la Liga y ahora marcó a los 86.

Gol de Hauche a los 52 segundos al Rojo en 2011

“Yo trato de ser muy respetuoso. Siempre quiero convertir, contra el equipo que sea. Es el clásico y es muy importante, sobre todo porque sirve para demostrar que el equipo en una cancha difícil, de visitante, también se planta”, aseguró Hauche, el nombre propio que mejor explica la transformación de Racing después de un flojo final de año: fue titular en los siete partidos de este campeonato y se volvió una pieza clave con tres goles y cuatro asistencias.

En ventaja desde los tres minutos, la noche parecía ideal para la Academia, el equipo del fútbol argentino que más tiene la pelota cuando va ganando. El visitante estuvo cómodo en todo el primer tiempo, con movimientos de pelota que parecían ensayados, como los reiterados cambios de frente que buscó de banda a banda. Pero no estuvo fino en la resolución. El 1 a 0 parecía corto al irse al entretiempo.

En el segundo tiempo se volvió más escaso aún: por virtud de Independiente y por una pérdida de confianza de la Academia, el Rojo emparejó las cosas. Y Racing necesitó de las apariciones de Gastón Gómez para no quedar debajo en el marcador. Había otra presencia y otra actitud en el equipo.

En una de las pocas jugadas que recuperó la esencia de lo que había mostrado en la primera mitad y en las últimas fechas, le llegó un premio acaso excesivo. El gol lo construyeron Gonzalo Piovi y Facundo Mura, los laterales del Colón campeón que ahora juegan en Racing y que amargaron a su ex entrenador Eduardo Domígnuez. El zurdo envió el centro, el surgido de Estudiantes bajó la pelota para la definición de Copetti. “Fue una acumulación de toques, es lo que tratamos de generar”, fue la escueta explicación de Gago, que tras el triunfo buscó sostener el perfil bajo que viene mostrando: “No sé si somos candidatos. Yo lo que les quiero transmitir a los chicos es que nosotros estamos para competir cada partido”.

Además del buen nivel que mostró en el primer tiempo, Racing pudo sostener el alto rendimiento de sus individualidades para poder llevarse el triunfo. Sin una figura excluyente, la Academia necesitó de cada uno de sus jugadores para llevarse el clásico. Hauche y Chancalay fabricaron el primer gol. Copetti hizo el de la victoria. El mediocampo (Alcaraz, Miranda y Moreno) manejó el partido en la primera mitad. Gómez apareció para aguantar el 1 a 1. Y los laterales Piovi y Mura fueron protagonistas en el segundo tanto. Un triunfo de equipo que deja a la Academia llena de confianza y a Independiente repleto de problemas. Eso transmitía la ronda final de los futbolistas abrazados en el césped, los únicos testigos racinguistas que pudieron festejar la victoria.

Si hace siete meses el clásico había destapado una olla a presión que terminó con la salida de Juan Antonio Pizzi, el primer paso de un semestre gris, ahora esta victoria ante Independiente puede servir como trampolín para un equipo que aparece convencido. Con esa sensación salió esta vez del Libertadores de América, donde pudo volver a la senda del triunfo ante su histórico rival: lleva cuatro en los últimos cinco enfrentamientos.

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