Racing - Lanús, por el Torneo 2021: la Academia pudo festejar luego de más de 20 meses en el Cilindro y ante su gente, pero Lisandro López anunció que se retira

La tensión por la desventaja inicial se transformó en festejo por el triunfo. La bronca se volvió alegría para los hinchas de Racing, que llevaban más de 20 meses sin poder celebrar un triunfo del equipo en la cancha, desde aquel gol de Marcelo Díaz ante Independiente el 9 de febrero de 2020. Es que desde el regreso del público a los estadios, Racing no había podido ganar en su casa. Ahora se dio el gusto.

Sin embargo, ese desahogo se transformó en incertidumbre. Al final del partido, Lisandro López anunció que se retira: “Son los últimos partidos con la camiseta de Racing. Me duele que sea en este momento, en el que no la estamos pasando bien. Voy a poner el pecho hasta lo último para salir adelante… la situación familiar es delicada. Así que serán los últimos dos partidos”, dijo el capitán de la Academia en declaraciones a ESPN.

Todo había arrancado torcido para Racing. Pareció una catarata de eventos desafortunados, de esas fatalidades que alguna vez se volvieron costumbre en la mitad celeste y blanca de Avellaneda. Si había algo peor para Racing que caer por 4 a 0 en el Monumental y ser testigo de la vuelta olímpica de River, se supo 48 horas después: Gabriel Arias, su mejor jugador de las últimas dos temporadas, sufrió la rotura de ligamentos cruzados. Faltaba un capítulo en la serie de terror: Gastón “Chila” Gómez, en su presentación como reemplazante de Arias, fue el cómplice necesario para que José Sand metiera el 1 a 0 para Lanús.

Lo mejor del partido

La ventaja granate le puso la tapa a la olla a presión que ya era el Cilindro. Esta vez los hinchas no esperaron el final del partido para insultar a la comisión directiva. Lo hicieron de arranque. Y hasta por primera vez mostraron su disgusto con el entrenador Fernando Gago, al silbar el ingreso de Javier Correa por el lesionado Tomás Chancalay a los 30 minutos del primer tiempo. En ese contexto llegó el grito de Sand. Avellaneda hervía. La soga se había tensado hasta su punto máximo. Al minuto, un frentazo de Lisandro López después de que Leonardo Sigali levantara la pelota con un taco, apagó el incendio.

Y todo ese viento que parecía soplar en contra se volvió a favor. Pasó un ratito y la Academia ya estaba en ventaja: Sigali remató suave desde la medialuna del área, pero el arquero Lautaro Morales nunca vio la pelota hasta que estuvo adentro de su arco. 2 a 1. Lo que era bronca se transformó en fiesta. La mejor noticia para Racing es haber mostrado esa capacidad de reacción cuando el precipicio aparecía cerca. Muy cerca.

Otra vez, Gago decidió meter mano a los nombres y al esquema de un partido al otro. En este caso apostó por un 4-2-3-1, con Mauricio Martínez y Aníbal Moreno en el doble pivote. Lo curioso fue que Enzo Copetti apareció como centrodelantero, aunque hasta acá el entrenador lo había utilizado como extremo derecho. El ex Rafaela, que jugó un buen partido, volvió a la banda con el ingreso de Correa. Licha, en tanto, jugó libre detrás del 9. En los seis partidos que lleva como DT,

Gago rotó a los futbolistas en distintas posiciones, como si todavía estuviera descubriendo dónde encuentra la mejor versión de cada uno. Hasta probó con el enroque de zagueros entre Sigali y Nery Domínguez en medio del partido.

Más allá del resultado, este partido ante Lanús fue el más flojo desde que el cuerpo técnico asumió hace cinco semanas. Esos dos goles surgidos de jugadas pelota parada en los cinco minutos en los que el clima se volvió espeso en el estadio fueron pura contundencia en un partido en el que a Racing le costó pisar el campo granate.

Ya había dado un indicio cuando el partido recién asomaba: en la primera excursión local al área de Lanús, Iván Pillud le hizo falta a su propio compañero Carlos Alcaraz.

Sigali y Lisandro pusieron los gritos cuando Racing más lo necesitaba. Son, junto a los lesionados Arias y Eugenio Mena, quienes siempre tiraron de un carro pesado a lo largo de estos seis meses grises para la Academia. El resto fue defender con más corazón que cabeza, al ritmo de una tribuna que llevaba mucho tiempo sin celebrar. El tiro libre de Alcaraz les permitió el alivio y desatar el festejo.