Entrevista. Ríos, el único que todavía no jugó

Llegó como el primer refuerzo de Racing, pero aún ni siquiera integró el banco de suplentes

24 de noviembre de 2001

Es llamativa la historia de Cristian Ariel Ríos . El la define como "rara". El futbolista fue el primero de los diez refuerzos que llegaron a Racing antes del torneo Apertura -que hoy lidera con ocho puntos de ventaja-, pero a pesar de esto todavía no tuvo la oportunidad de ocupar ni el banco de suplentes. Además, Ríos, junto a Francisco Maciel y Leonardo Torres, fueron los únicos tres nuevos que participaron de la pretemporada que el club de Avellaneda realizó en Mar del Plata, en junio último.

Ríos, de 21 años y nacido en Santa Fe, comenzó a jugar en Unión desde los nueve años, hasta que debutó en primera a los 20. Luego de jugar 25 encuentros con la camiseta tatengue –convirtió cuatro goles–, Boca compró su pase y lo cedió que automáticamente a la Academia. Hoy, el volante cuenta que no la pasó bien durante sus primero s días en Buenos Aires, que la angustia por estar lejos de sus familiares fue muy grande, pero que en ningún momento pensó en regresar a su provincia.

"Me costó mucho adaptarme a Buenos Aires. Yo soy muy familiero y alejarme de mis raíces y de mi ciudad se me hizo muy complicado. Además, venir a la capital no es nada fácil para alguien del interior. Es todo muy distinto... en Santa Fe los barrios son más tranquilos, mientras que acá hay un mundo de gente a toda hora. Pero por suerte, los muchachos del equipo me dieron una mano desde el primer momento", señala Ríos, que muestra sinceridad en cada una de sus palabras.

Son más de las cuatro de la tarde y Ríos observa la persistente lluvia, reposado en un sillón de su departamento, en Belgrano. En todo momento, el jugador habla de su familia, de su abuelo materno, Alfonso, –hincha de Racing–, de sus padres, José y Olga y sus dos hermanas, Silvina y Gisella. "Cuando tienen un momento libre se vienen para acá. Me ayudan un montón para organizarme y sobrellevar las cosas malas", asegura, con emoción.

"Es verdad que mi situación es rara. Antes tenía mucha ansiedad por estar aunque sea entre los concentrados. Mis ganas de jugar eran enormes y estaba muy mal porque venía de tan lejos, haciendo un sacrificio tan grande, viviendo solo, y no me tocaba estar. Lo que pasé no se lo recomiendo a nadie. Es difícil… Uno se da manija, pero con la cabeza fría te das cuenta de que tenés que seguir trabajando para ganarte un lugar, que es tan dificil. Entrenar sabiendo que no vas a jugar es difícil. Sufro mucho por no estar en la cancha cada domingo. Pero no podés pensar en eso y mantenerte bien para cuando llegue la oportunidad", afirma, con seguridad.

Ríos piensa que aún no pudo jugar sólo porque el equipo "está cumpliendo como Merlo (Reinaldo, el DT) lo requiere. Y es lógico que los cambios sean mínimos".

"Siempre hablo de esto con Merlo y él siempre trata de tenernos a los jugadores de la misma manera. Es muy abierto al diálogo", reconoce el volante zurdo.

"El equipo está consolidado. Faltan bastantes fechas pero creo que de esta manera vamos a llegar muy lejos. Si Racing sale campeón, el título lo sentiría como propio porque soy parte del grupo, uno más del plantel y festejaría como todos mis compañeros", concluyó, con ilusión, Ríos.

Por Sebastián Torok <br/> De la Redacción de LA NACION

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