River, eliminado de la Copa Libertadores: el drama de los penales, un remate anulado y cómo se definió en otro arco

Un juego de altísimo voltaje, con máxima tensión jugaron Inter, de Porto Alegre, y River en el estadio Beira Rio, desquite de los octavos de final de la Copa Libertadores. Un juego que lentamente se fue caldeando, a través de las acciones polémicas. Un penal que protestaron todos los brasileños, un momento de tirantez en el encuentro, aunque el estallido lo provocaron los goles del defensor Gabriel Mercado y del capitán Alan Patrick, con el que los gauchos revertían la serie, después de caer en la ida, en el Monumental, por 2-1, aunque el paraguayo Robert Rojas, con una definición poco ortodoxa pero efectiva anotó y llevó la definición a los penales. Ahí, en una serie a puro suspenso, Inter se impuso por 9-8 y se clasificó para los cuartos de final, donde se medirá con Bolívar (Bolivia), que también selló su pase desde los once metros, frente a Athletico Paranaense.

La eliminación de River en Porto Alegre

De pie, prácticamente encerrado en el corralito imaginario, el entrenador Eduardo Coudet explotó cuando el árbitro uruguayo Andrés Matonte no sancionó una supuesta infracción de Enzo Díaz sobre el argentino Fabricio Bustos. El reloj señalaba 36 minutos del primer tiempo y el juez se mantuvo firme en la postura, mientras las autoridades del VAR -los charrúas Leodan González y Richard Trinidad- revisaban el movimiento. Matonte no fue llamado a cotejar la decisión y le dio continuidad al encuentro, mientras que los torcedores se enfurecían y los integrantes del banco de suplentes de Inter apuntaban los reclamos hacia el cuarto árbitro, José Burgos (Uruguay).

Un par de trifulcas en el campo, protagonizadas por los futbolistas, determinó que Matonte amonestara a Pablo Solari y al chileno Charles Aranguiz -remató sobre el cuerpo de Enzo Díaz- para que el juego no se descontrole. Las reacciones se sucedieron, porque Mauricio convirtió y el árbitro asistente Nicolás Taran marcó correctamente posición adelantada.

El desarrollo, bajo un clima de presión, Inter lo empezó a volcar con una acción de pelota detenida y con Gabriel Mercado, un ex River, campeón con los millonarios de la Copa Libertadores 2015. Un cabezazo limpio que resultó inatajable para Franco Armani, que tuvo varias acciones destacadas.

El juego aéreo es un déficit del ciclo Demichelis, aunque el segundo gol de Inter fue una combinación entre el remate del capitán Alan Patrick y el rebote en Leandro González Pirez, que modificó la trayectoria de la pelota y dejó sin posibilidades de respuesta a Armani.

Golpeado, River enseñó su estirpe que lo hizo un conjunto copero en la última década y Rojas, que fue pretendido por Vasco Da Gama y eligió quedarse a pelear por un puesto, marcó y devolvió a los millonarios al juego.

Los penales fueron otra historia dentro del mismo encuentro. Armani y el uruguayo Sergio Rochet, de buenas actuaciones en la serie, quedaron frente a un pelotón que resultó implacable en la tanda inicial de cinco disparos: Agustín Palavecino, Lucas Beltrán, Nacho Fernández, De la Cruz y Facundo Colidio anotaron con solvencia para River, mientras que Luiz Adriano, Enner Valencia, Bruno Henrique, Pedro Henrique y René lo hicieron para los gaúchos. Rodrigo Aliendro abrió la nueva llave, en donde el que fallaba se rendía, pero Mercado no se dejó envolver por los fantasmas del pasado y empató, extendiendo la precisión de los ejecutantes.

La tanda llegó a siete y Solari fue el que se encargó del remate de River. Del gol y el festejo a la protesta de Eduardo Coudet y el arquero Rochet, que apuntaron a un doble toque en el momento de golpear la pelota: el pie izquierdo, el de apoyo, provocó el contacto y el VAR anuló la conversión. Una situación idéntica a la que protagonizó hace unas semanas Nicolás Uvita Fernández, de Defensa y Justicia, frente a Lanús, por la Liga Profesional: el atacante festejó, pero el VAR advirtió al árbitro Darío Herrera, que dio marcha atrás. El uruguayo Carlos De Pena tenía la clasificación de Inter a su merced, pero hizo estrellar la pelota en el poste, cuando Armani había escogido el palo opuesto.

Fue el momento de Enzo Díaz, que lanzó con suficiencia y devolvió a River a la cima, pero el estadounidense Johnny Cardoso emparejó; el chileno Paulo Díaz, de derecha cruzó la pelota y los millonarios expusieron otra vez a los brasileños al error: Igor Gomes, que en el cierre del partido cometió un error que casi cuesta la serie, anotó con suspenso.

El mal estado del punto del penal, motivo que provocó el resbalón de Solari, generó el cambio de arco. Matonte decidió ir al área de enfrente. Aquí también, hubo un antecedente cercano: hace unas semanas, San Lorenzo le ganó a Platense por penales (4-3) en la cancha de Lanús, en una serie en la que Gonzalo Luján falló su remate por un resbalón, y el árbitro de ese cotejo, Yael Falcón Pérez, dispuso mudar la serie al otro lado.

El discutido penal de Solari

Fue Rojas, el héroe que había devuelto a River a la serie, el encargado de rematar y se convirtió en villano al estrellar la pelota en el travesaño. El arquero Rochet tomó la responsabilidad: jugador determinante en el encuentro de ida, fue símbolo de la victoria al anotar con clase y sentenciar el 9-8 que desató la euforia de los brasileños y despidió a los millonarios.

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