Son millones
Este Mundial no sólo significa el crecimiento deportivo para Corea: la economía del país evidencia una fuerte suba, y se estima que el certamen dejará un superávit de 1440 millones de dólares
SEUL.– La guerra entre Corea del Norte y Corea del Sur, entre junio de 1950 y julio de 1953, dejó un país devastado, quebrado económica y socialmente, con 3.000.000 de muertos y miles de familias separadas. Pocos apostaban a que Corea del Sur se pudiera levantar, pero con una fuerte política de industrialización y de exportación promovida por el presidente Park Chung-Hee a partir de 1962 y hasta el día en que fue asesinado en 1979, Corea del Sur se transformó en una potencia asiática y hoy ocupa la decimotercera posición de la economía mundial.
Como resultado de dicha política económica, el PBI de Corea del Sur pasó de 2300 millones de dólares en 1962 a 474.000 millones de dólares en 1997, cuando la crisis asiática desestabilizó a todos los mercados. Hoy, con un crecimiento del 5,7 por ciento en su economía durante el último cuatrimestre, la antigua tierra de Dangun está nuevamente de pie y de los 3800 millones de dólares que tenía de reserva en el 97, a principios de 2001 subió a 100.000 millones y con eso pagó el préstamo de rescate de 13.500 millones de dólares que le brindó el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Con los años, Corea del Sur se transformó en un polo de inversiones extranjeras y de los 143 millones de dólares que se colocaron en 1980 se pasó a 15.541 millones de la misma moneda en 1999. Entre tantos negocios foráneos que se instalaron en la península coreana, la FIFA no quiso quedar al margen y en 1996 declaró a este país y a Japón sedes de la primera Copa del Mundo del siglo XXI. Años atrás ya había tomado una decisión similar el Comité Olímpico Internacional (COI), que designó a Corea organizador de los Juegos Olímpicos de 1988.
La ansiada designación fue tomada con enorme placer por Corea, pues sabe que las visitas de Zidane, Verón, Beckham, Figo, Raúl, Ronaldo, Del Piero, Batistuta y Rivaldo, entre tantos, les dará sus réditos en el futuro, ya que el fútbol resultó la vidriera ideal para mostrarle al planeta la solidez económica y financiera que tiene este país, además de la seguridad, la tecnología, la industria, las comunicaciones, la red de transporte y las atracciones turísticas que les ofrece a futuros inversores.
Está claro que el paso de una Copa del Mundo no es simplemente un entretenimiento deportivo y social, sino que detrás de ella existe un sinnúmero de intereses económicos que son utilizados por los países anfitriones y sus empresas. Por tal motivo, Japón y Corea se aliaron para convencer a la FIFA de que ellos eran los indicados para convertir el primer gol del siglo XXI.
El ejemplo más reciente del poderío económico que representa ser el país anfitrión lo vivió Francia hace cuatro años, cuando logró un crecimiento del 2.9 por ciento, el índice más alto de ese país en décadas y aún en estos días dicho país disfruta de uno de los crecimientos económicos más rápidos de la Unión Europea.
Si trasladamos esta condición a las empresas se puede contar que un estudio de la Escuela de Negocios de Harvard informó que MasterCard, uno de los patrocinadores de la FIFA, obtuvo beneficios de ventas de 500 millones de dólares gracias a la exposición de su producto cada 12 minutos y 8 segundos en la final que Francia le ganó a Brasil por 3 a 0, en 1998. En cuanto al Mundial que se está viviendo, la empresa de automóviles coreana Hyundai, también sponsor de la FIFA, espera un beneficio de 10.000 millones de dólares después de que se corone al nuevo campeón.
En un reciente encuentro de las 232 firmas que conforman el Korea International Trade Association (KITA), 138 (el 59.5 por ciento) comentaron que la Copa del Mundo incrementará el comercio de Corea entre un 5 y un 10 por ciento y en este crecimiento tendrá mucho que ver la participación que le darán a las empresas internacionales, especialmente a la chinas.
Socialmente, el Mundial es un alivio para las personas que elevan la desocupación al 3.7 por ciento en una población de 47.000.000 de personas, pues se estima que el certamen ya generó unos 360.000 puestos de trabajo. Además, elevará la producción industrial a 8880 millones de dólares. Por otra parte, se prevé que el paso de la pelota producirá alrededor de 4130 millones de dólares de valor agregado con un gasto de 2670 mil millones, lo cual dejará un superávit de 1440 millones de dólares.
Ahora bien, de lo que ya no quedan dudas en este país es del movimiento de dinero que se generó con los avances del equipo dirigido por Guus Hiddink y un ejemplo de esto se observa en las 8.000.000 de remeras rojas que se vendieron en los últimos días y que dejaron una ganancia de unos 50.000.000 de dólares. Otro punto para analizar es el dinero que movió con los festejos después de los partidos de los octavos de final y de los cuartos de final. Pues si se tiene en cuenta, que entre traslado, la compra de alguna bebida, comida o souvenir cada hincha gastó unos 5 dólares promedio, el dinero distribuido por las 4.000.000 de personas que salieron a la calle para festejar el triunfo sobre Italia fue de unos 20.000.000 de dólares y de 25.000.000 de los billetes norteamericanos para los 5.000.000 de fanáticos que coparon las ciudades luego de la victoria sobre España.
Corea del Sur, ese país que hace cuatro décadas estaba devastado, se puso de pie y creó lo que hoy todos conocen como el Milagro del río Hangang, que es, precisamente, por donde hoy se navega con gusto.
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